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MARIO ALONSO PUIG

«Cada uno, desde su puesto, ha de cambiar el papel de víctima por el de protagonista»

«El sistema sanitario norteamericano potencia el trabajo en equipo; el talento surge cuando dos personas se alinean con un horizonte común»

«Cada uno, desde su puesto, ha de cambiar el papel de víctima por el de protagonista»m.a.

Médico especialista en cirugía y consultor en liderazgo, comunicación y creatividad empresarial

C. JIMÉNEZ

Mario Alonso Puig es médico especialista en cirugía general y de digestivo, reconvertido como consultor de liderazgo, creatividad e innovación, fruto de sus indagaciones en la Medicina de la Edad Antigua. Ayer clausuró en Gijón el IV Foro Empresarial de la Innovación organizado por la Federación Asturiana de Empresarios.

-¿Qué hace un cirujano hablando de innovación y liderazgo?

-Ya antes de empezar la carrera empecé a leer cosas de lo que pasaba con los médicos en el siglo IV antes de Cristo, que tratando a los enfermos de una forma diferente, sorprendentemente, se curaban. Empecé a investigar sobre ello e inicié un proceso natural de búsqueda sobre las potencialidades del ser humano.

-¿Cómo se puede estimular el talento natural de una persona?

-El potencial de los seres humanos es como una puerta que se abre desde dentro, no se puede forzar pero sí se pueden quitar algunos obstáculos para que salga a flote.

-¿Por ejemplo?

-Determinadas formas de pensar y de relacionarnos con la realidad. Entre vivir en la cautela permanente y en la insensatez existe un punto medio. Ahí es donde queremos llegar. No hace falta tener un talento desorbitado para ser innovadores. La inteligencia es un ingrediente pero no el único. El proceso creativo se despliega de forma natural.

-¿Cuáles son las claves para el éxito de un proceso innovador?

-No se debe exigir inmediatez e imponer un plazo determinado, se debe plantear como un proceso con valor en sí mismo. A veces somos muy punitivos con el error y el empleado no se quiere arriesgar si no se siente acompañado y comprendido en el proceso.

-Los errores asistenciales en Medicina tienen consecuencias inaceptables para los pacientes y sus familias.

-Duelen a todo el mundo, a los familiares y al equipo médico pero debemos tratar de aprender de ellos. Los pioneros de la Medicina, lejos de pararse en sus errores, trataron de estudiar más sobre ello y abrir nuevas oportunidades al resto de profesionales.

-¿Cual es el principal desafío de la Medicina para el siglo XXI?

-No está tanto en el tema técnico o en hallar respuestas a enfermedades complejas, tumorales o inmunológicas, que es importante, sino en volver a recuperar las relaciones entre médico y paciente. Tanta tecnología ha llevado a un distancimiento entre el facultativo y el enfermo. Está comprobado que la creación de vínculos emocionales tiene una repercusión clarísima en la evolución de la enfermedad.

-¿A qué atribuye el incremento de patologías mentales?

-Tiene ver con la reducción de la calidad de la comunicación interpersonal en todos los niveles, y con el aislamiento y la incomprensión que ello genera. Eso provoca un estado de toxicidad en el organismo.

-¿Se puede curar con fármacos?

-No es tanto una cuestión de desarrollar nuevas soluciones farmacológicas, que ayudan, sino que hay que generar una mayor comunicación y comprensión entre la gente.

-¿En el sistema sanitario norteamericano del que usted viene se potencian estos aspectos?

-Sí, y además allí es absolutamente crucial trabajar en equipo. En España somos más individualistas, hay que dejar el ego a un lado. En EE UU la cooperación es fundamental.

-¿Esa filosofía es exportable a una organización empresarial?

-El talento surge cuando dos personas se alinean con un horizonte común. La clave vuelve a ser la comunicación.

-¿Cuál es su receta contra la crisis?

-Lo primero que debemos hacer es dejar de escuchar noticias que sean una fuente de toxicidad. Me refiero a determinadas conversaciones que pueden ser sembradoras de desesperanza en vez de ilusión. Debemos cambiar el " es que" por el " hay que" y pasar a ser más proactivos, tener más fe, fiarse más las personas unas de otras... Y cada uno desde su puesto de trabajo ha de cambiar el papel de víctima por el de protagonista. Todas las personas de una organización son tremendamente importantes.

-¿Quien manda debe ser también quien inspire el cambio?

-Está claro que si quieren un cambio los propios directivos deben ser los agentes del cambio. Pero no sirve con palabras bonitas si con nuestra conducta decimos lo contrario. Rresulta una incongruencia castigar el error porque el fallo nos sirve para aprender y experimentar algo nuevo.

-¿La innovación es entonces la única salida a la crisis?

-El problema es que las pasos que se han dado en investigación y desarrollo han sido más bien escasos. Además de la creatividad e innovación también resulta fundamental recuperar el entusiasmo, la confianza y la ilusión y que cada persona sienta que la suya es la mejor empresa para trabajar. Hay que reinventar el espíritu de equipo, sin un grupo unido resulta imposible innovar.

-Dice en uno de sus libros que «vivir es un asunto urgente».

-Me di cuenta de la cantidad de oportunidades que estábamos perdiendo por efecto de la incomunicación de las personas. Cuando comunicamos bien creamos un cierto impacto en nuestros semejantes, de forma que se puede llegar a generar un espacio de properidad y riqueza.

«El incremento de patologías mentales tiene que ver con la reducción de la calidad de la comunicación interpersonal»

«Los errores médicos duelen a todos, a familiares y al equipo médico pero hay que aprender de ellos»

Perfil:

Mario Alonso Puig

Médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo, máster en dirección hospitalaria por el IESE de Madrid y diploma internacional de estudios superiores de sofrología médica. Actualmente es consultor en liderazgo, comunicación y creatividad empresarial en el Centro Europeo de Estudios y Formación Empresarial de Garrigues, en la Universidad Francisco de Vitoria y en el master de Recursos Humanos de la Universidad San Pablo CEU de Madrid. También ejerce como consultor en cirugía en el Hospital Internacional de Madrid.

Fellow en medicina y cirugía por la Harvard University Medical School, es también miembro de la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Ha recibido el premio máximo al mérito en Comunicación y Relaciones Humanas por el Instituto Dale Carnegie de Nueva York.

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