R. VALLE

El final de los malos tiempos que algunos políticos ya anuncian con optimismo no se deja sentir aún en los hogares de los gijoneses. El último dato que avala esta reflexión es el cómputo de las solicitudes recibidas por el Ayuntamiento de Gijón para ocupar uno de los 148 puestos de trabajo que conforman la segunda fase del programa innovador de mejora de la empleabilidad (PIME). Los técnicos de la Agencia Local de Promoción Económica y Empleo tienen ya entre manos las peticiones de unos 2.250 parados de Gijón: casi cuatrocientos más que el año pasado, cuando este mismo programa de empleo ofertó 140 puestos de trabajo. En ese momento, y como demostración del impacto real de la crisis económica sobre el empleo en la ciudad, se registraron mil solicitudes más que en la anterior convocatoria de un programa municipal de inserción laboral.

La intención de los responsables de la entidad que preside la concejala Begoña Fernández es hacer públicas en las próximas semanas las listas definitivas de admitidos y excluidos en la convocatoria para arrancar con los exámenes a los candidatos a mediados de febrero y poder efectuar las contrataciones en el mes de marzo. El proceso de selección es diferente para el acceso a los veinte puestos de trabajo que se reservan a personas vinculadas a sectores de población vulnerables. El sistema general de acceso por concurso oposición afecta a 102 oficiales de tercera, 15 titulados universitarios en prácticas y 11 titulados en formación profesional de grado superior en prácticas. El desarrollo de esta anualidad del PIME, que es el primer programa de empleo que se pondrá en marcha este año en Gijón, tiene un coste presupuestario de 2,4 millones de euros.

De manera paralela pero también dentro de las actuaciones pactadas con sindicatos y patronal a través del paco «Gijón Innova», el Ayuntamiento tiene en marcha una convocatoria de subvenciones por valor de 620.000 euros del plan local de formación. Los parados deben ser los beneficiarios prioritarios de unas acciones formativas donde se primarán aquellos cursos que se vinculen a las 27 ocupaciones que se identifican en las bases del propio PIME. La concejala de Empleo destacó la importancia de esta coincidencia para favorecer un itinerario de inserción laboral que permita a los desempleados dar el salto de cursillistas a trabajadores de un plan público y, al final, al mercado ordinario de trabajo.