Tenneco los ha puesto ya en la calle, pero ellos se resisten. La multinacional estadounidense ya ingresó en sus cuentas corrientes los finiquitos; avisó del despido en masa a sus representantes sindicales; les ha dicho que a partir de enero, cuando concluyan sus vacaciones de Navidad, no quiere volver a verlos en las instalaciones de la empresa y se niega a negociar, tal como le ha requerido la Comisión Europea. Pero los trabajadores no se resignan. Por turnos, han comenzado a montar guardia en el interior de la factoría gijonesa para impedir su vaciado.

Los trabajadores se van relevando en esa vigilancia, en unas fechas que estaban habituados a pasar en familia. "Tenemos el apoyo de nuestras familias y amigos y aquí nosotros también estamos en familia", señalaba ayer Alberto Álvarez Fernández, uno de los siete trabajadores que permanecieron en la fábrica el día de Navidad, hasta la noche. Solamente tuvieron unas horas para ir a sus casas, de dos en dos.

Uno de sus acompañantes de encierro, Juan Antonio Rubio San Pedro, explica: "Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y nosotros tenemos nuestras esperanzas puestas en la reunión del viernes", la "task force" convocada en Oviedo por la Comisión Europea, a pesar de que la dirección de Tenneco ya se ha descolgado de la misma y ha procedido a los despidos.

Pero aún no lo ven como el fin. Otro de los atrincherados en la fábrica en Navidad, Alberto Álvarez Fernández, considera que el ingreso de los finiquitos es sólo "una maniobra de la empresa para intentar rendirnos, pero ha conseguido el efecto contrario, estamos más unidos que nunca".

La moral elevada de los trabajadores, pese a la adversidad, quedó clara el día de Nochebuena, en el que celebraron una asamblea tras la comunicación a los sindicatos de los despidos. Allí se supo que la práctica totalidad de la plantilla ya había recibido el ingreso del finiquito. Sólo hay dudas sobre si lo recibieron algunas personas del área de dirección y algún trabajador más.

El plan de cierre de Tenneco pasa por el despido de 216 trabajadores con una indemnización de 25 días por año y un máximo de 15 mensualidades, además de la recolocación de tres ingenieros en Ermua. La multinacional ofrece otras 45 recolocaciones en Alemania y Polonia, con distintas condiciones salariales y sin antigüedad.

Pero los trabajadores aún confían en que haya vuelta atrás, en la presión de las administraciones públicas sobre Tenneco y, en última instancia, en que los juzgados de lo social declaren nulo el ERE por el que han sido despedidos y obligue a Tenneco a readmitirlos. Y para cuando eso ocurra, quieren que la maquinaria siga en la factoría de Gijón, en vez de estar en las nuevas fábricas de Polonia y Rusia a las que se las quiere llevar la compañía.

En el caso de que la empresa intente desmantelar la fábrica, los trabajadores reclamarán la presencia de la Policía "a través de 112 para que quede la llamada grabada", para que lo impidan, dado que la empresa carece de licencia de actividad y tampoco ha obtenido licencia de obras del Ayuntamiento de Gijón para mover la maquinaria.

Además, los trabajadores han creado grupos en WhatsApp (aplicación de mensajería instantánea a través de teléfonos móviles) para dar la voz de alarma: "En un momento podemos tener aquí a cincuenta compañeros", señala Onofre Vega Collada. "Mandamos un SOS y ya está", apostilla Carlos Meana Lueje. Álvarez añade que aunque en ese momento hay cinco operarios allí, "de guardia estamos los doscientos".

La materialización de los despidos en plenas vacaciones de Navidad sí ha sido un tanto amarga para los trabajadores. "Después de 38 años, esto. La empresa ha tenido mala fe. Y la indicación de la Comisión Europea para que no hubiera despidos antes de la reunión del viernes se lo pasaron por el forro", lamenta Meana.

Tocados, pero no hundidos, los trabajadores de Tenneco Automotive en Gijón están dispuestos a seguir batallando. "Tenemos el apoyo de todo el pueblo de Gijón, como se demostró en la manifestación", que el día 17 de octubre congregó a más de 10.000 personas, señala Meana Lueje. Alberto Álvarez agrega que "tenemos que seguir también por esa gente que nos apoyó por decir que no al cierre; por respeto a ellos seguiremos".