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Oyágüez y Curiá inauguran muestra en Aurora, y Saúl Gil, en Viki Blanco

La primera de las dos exposiciones ofrece pintura y escultura, y la segunda, los últimos trabajos del barcelonés

La sala de exposiciones Aurora Vigil-Escalera tiene previsto inaugurar hoy (20,00 horas) la exposición "Oyágüez-Curiá", en la que reúne obra de estos dos artistas, pintura y escultura. También la sala Viki Blanco-El Arte de lo Imposible renueva su cartel hoy con una de las apuestas de la galería, el pintor barcelonés Saúl Gil Corona, que mostró obra ya en Gijón en diciembre de 2013, también a partir de las ocho de la tarde.

El artista malagueño Guillermo Oyágüez (1970) está considerado como uno de los pintores más interesantes de la nueva figuración española. Ha expuesto en Gijón en dos ocasiones anteriores, siempre de la mano de Vigil-Escalera. En 2013 colgó en Van Dyck cuatro series de pintura que adelantaban, en algún aspecto, lo que podemos encontrar ahora.

Junto a esta pintura, en la que Oyángüe se inspira en los paisajes y la arquitectura de Boston (Massachussets), que resuelve desde su querencia por una figuración con vinculaciones neoimpresionistas, están las esculturas de su amigo Jesús Curiá. Este madrileño de 1969 tiene como principal fuente de inspiración la figura humana. Tiene una gran capacidad para trabajar distintos materiales, del bronce al acero cortén, pasando por la madera o la piedra e incorporando el cromatismo y distintas texturas.

"Aunque investigan y crean en distintas materias -uno la pintura y otro la escultura- la pintura de Oyágüez y la escultura de Curiá dialogan a la perfección en un mismo espacio, el de la galería, en una serie de obras cuyo contraste potencia sus respectivos valores", explica Aurora Vigil-Escalera.

Hay curiosidad, también, por ver "Materia", la exposición con la que Saúl Gil (1980) regresa a Gijón después de aquella primera salida pública de diciembre de 2013. Mostró entonces, en una colección que denominó "Haz", una veintena de cuadros que eran el resultado de una búsqueda de carácter autodidacta. Hacía sólo tres años que había comenzado a pintar.

"Hay que atreverse a hacer", dijo entonces para justificar una obra que bebía de distintas tendencias y tensiones, aunque donde el artista parecía sentirse más a gusto era en cierto expresionismo que evidenciaba la potencia plástica del artista, pero también las insuficiencias de una andadura con escaso recorrido aún. La galería Viki Blanco-El Arte de lo Imposible sigue apostando por este artista barcelonés: "Su obra es muy personal y está llena de color, de vida, de fuerza salvaje".

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