Después de una vida dinámica y bulliciosa, hoy, que los problemas de salud le han obligado a pisar el freno a fondo, José Fernando González Espina ha sabido extraer de sus adversidades una situación vital en el que prevalece el orden, la familia, el amor. Nada que ver con el chico que fue. Sonríe recordando sus múltiples aventuras y es capaz de llevar con humor las actuales renuncias a que le obliga su precaria energía. Hombre cordial y sincero, reconoce que es un regalo el ver amanecer cada día.
-¿Dígame, usted quién es?
-Un piloñés nacido en Infiesto (1957), mayor de tres hermanos, pero vivo en Gijón desde los once años. He sido emprendedor, muy trabajador; en todas las chifladuras que hubo en Gijón en los últimos años estuve metido yo. He viajado mucho, llegué a conocer 32 países, y todas las novedades que descubría intentaba traerlas aquí, de manera que tuve 42 negocios; menos un puticlub hubo de todo. Más de 1.300 personas trabajaron conmigo. Soy sociable, extrovertido, y dialogante. Tengo muchos amigos e infinitos conocidos.
-¿De pequeño a qué jugaba?
-Siempre a balonmano. Competí en División de Honor con el Grupo Covadonga, entre otros equipos.
-¿Y sus estudios?
-Hice el Bachiller entre el Colegio Loyola de Oviedo y el Instituto Jovellanos de Gijón. Empecé a trabajar a los 15 años, así que los cursos 5º, 6º y COU, los seguí por el plan nocturno. Luego ingresé en la Escuela de Peritos, también de noche, fui a la mili... Al regresar, la intensidad de mi vida me llevó a dejar los estudios. Pero he hecho más de 60 cursos de todas las materias.
-¿Cuál fue el primer negocio que tuvo?
-Propio, el "Pachá", en la calle Capua, que duró 10 años. Había comenzado mi relación con la hostelería los fines de semana en "Coco", en la calle Teniente Fournier, y el resto de la semana trabajaba como soldador y calderero. Luego puse el "Limón", en la zona del Parque de Isabel la Católica, que tuvo mucho éxito. Y a partir de ahí abría un negocio todos los años; algunos los traspasaba y otros los cedía a los empleados.
-¿De cual se ha sentido más satisfecho?
-De "Pachá" y del "Rinconín de Deva", que sigue activo después de 30 años y ahora lo lleva mi hijo, muy bien por cierto, mejor que yo.
-La vida nocturna siempre es peligrosa...
-Sí, yo era un golferas, pero poco a poco me he ido reformando.
-¿Pero hubo alguien detrás de la barra del otro verano?
-Sí, por fortuna mi esposa actual y para el resto de mi vida, Raquel Leguizamón, una mujer de cuerpo entero. Tuve suerte.
-¿Es la madre de sus hijos?
-No, he tenido otro matrimonio y múltiples intermedios. Mi hijo es de mi primera esposa y mi hija de otra relación.
-Si hiciéramos balance, ¿qué ha vivido más, de noche o de día?
-Creo que resultaría equilibrado, ya que duermo poco, y mis negocios han sido diurnos y nocturnos.
-¿Quién es su enemigo público?
-El alcohol, las drogas, las malas mujeres y el juego. Esos cuatro son los que ha echado a perder miles de negocios.
-¿Usted ha estado libre de todos ellos?
-Bebía poco, las drogas nunca las probé, salvo un porro a los 19, 20 años. En cuanto al juego, sí, junto a Belarmino Feito somos campeones del Norte de España y de parte del extranjero, de mus. Y de las mujeres me fui librando.
-¿Qué negocio le dio más dinero?
-Juro que no lo sé. He vivido dignamente, sin despilfarrar. Tengo mi patrimonio y también mis hipotecas, pero voy pagando. Vivo con poco.
-Por fuerza ha de saber qué es el stress...
-Sí, lo he padecido, pero lo combatía con mentalización. Los problemas, que hubo muchos, los sufría yo, pocas veces los exteriorizaba. Aparte tuve a mi lado muy buenos equipos de trabajo.
-¿A qué tiene miedo?
-A nada, nunca, excepto a los bancos.
-¿Le queda algún sueño por realizar?
-Sólo deseo que el destino me siga dando oportunidades, ilusiones, actividades. Que pueda seguir levantándome cada día; aunque mi salud no sea buena me tiro de la cama. Soy optimista y procuro sacarle partido a la vida.
-¿Recuerda su día más feliz?
-Sí, los que corresponden al nacimiento de mis hijos.
-¿Y su noche?
-Ahí me pierdo en el infinito... Lo que puedo decir es que siempre supe estar, y nunca me sacaron borracho de ningún sitio.
-¿Quién ha sido su maestro?
-Mi padre en el sentido de persona. Ambos, padre y madre, me enseñaron lo que es de verdad la familia y los buenos amigos como una parte también de esa familia.
-¿A quién expulsaría de esta sociedad?
-A todos aquellos que acceden a la política para aprovecharse de ella.
-Sé que le han dado varios homenajes...
-Hace dos años la Asociación de Hostelería de Asturias, me dio el premio a la Mejor Trayectoria Hostelera del Principado. Y la semana pasada, el grupo "Puente de Mando", me ofreció un cariñoso homenaje en el Club de Golf de Castiello, donde participaron más de sesenta personas. Fue muy emocionante.
-Es aún joven para recibir esa clase de galardones...
-Sí, pero estoy jubilado desde hace cuatro años por cuestiones de salud. Estoy pagando los excesos de mi vida, pero no me arrepiento. Creo que no ha que hundirse nunca.
-Así que si volviera a empezar...
-Haría lo mismo. Gracias a Dios mi vida ha sido buena, tengo los deberes hechos.
-Eso suena... No sé... ¿Dónde le gustaría despertar?
-En Ibiza.
