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Reivindicación escanciada

La Fundación Asturies XXI pide que la sidra sea declarada bebida institucional y que se potencien los concursos de echadores

Reivindicación escanciadaFERNANDO RODRÍGUEZ

"Esto ye la mayor espicha del mundo". Anzu Fernández, uno de los organizadores de la "Primer sidre l'añu", destaca el enorme impacto que ha tenido el evento organizado por la Fundación Asturies XXI y que ha reunido a casi 80 llagares en el Muséu del Pueblu d'Asturies. Una cita para disfrutar de la bebida autóctona por excelencia y que ha servido, tanto para organizadores como para visitantes, para reivindicar un mejor trato por parte de las administraciones. Y proponen dos medidas, la primera, declararla bebida institucional, y la segunda, potenciar los concursos de escanciadores en vez de subvencionar algunos eventos como los "Oktoberfest".

"En el País Vasco miran bien por su producto, con la denominación de origen, o con la recuperación de la sidrerías en Astigarraga. Y ponen en valor una cultura que tenían muy perdida. Nosotros, pese a tenerla desde tiempos inmemoriales, no supimos cuidarla y escoger a representantes que nos ayudasen", destaca un Anzu Fernández que tiene claro el beneficio de declararla bebida institucional: "En muchos concejos se celebran los actos institucionales con vino español, y ni siquiera vino asturiano de Cangas. Eso es lo primero que tiene que cambiar, porque en el País Vasco lo hacen con txacolí o sidra y defienden así su producto".

La "Primer sidre l'añu" reunió a un buen puñado de visitantes en las tres jornadas que se han celebrado. Hoy, a las 17.00 horas, clausurarán un evento que ha aunado gastronomía y cultura asturiana. "El 50 o el 70% del éxito de la fiesta es por el sitio. En Begoña, en una carpa, perdería la mitad", comentan Diego Menéndez y Vanesa Crespo, que no han faltado a la cita en las siete ediciones de este evento que permite disfrutar, por solo cinco euros, de toda la sidra que se quiera. "Lo guapo de la sidra es el ambiente y el compadreo que se monta", resaltan.

Con este evento se recupera la tradición de probar la primera sidra que se hizo durante la temporada anterior, en la que las propiedades del sabor no están modificadas. "Es un sabor puro sin mezclar", destaca Anzu Fernández. Para algunos puede ser más dulce y para otros más fuerte, aunque en la mayoría de los casos se da un toque "más suave y natural con respecto a lo amargo de las sidrerías", resalta Ainhoa Álvarez, mientras disfruta de un culín junto a Antoni Álvarez y Víctor Manuel Amorín. "Se habla mucho de la sidra vasca y cántabra, pero la única sidra es la asturiana y tenemos que luchar por ella. Y copias ninguna", resaltan los tres en la "Primer sidre l'añu".

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