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Samba literaria desde Gijón

La Fundación Itaú, que fomenta la lectura en Brasil, elige una obra de la gijonesa Lara Meana para un proyecto que editará casi dos millones de ejemplares del libro

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Casi se había olvidado de "Selou e Maya, Maya e Selou" cuando, tres años después de su publicación, la gijonesa Lara Meana recibió la noticia de que su obra había sido seleccionada por Itaú Social de Brasil -la Fundación que más libros imprime del mundo para contribuir al desarrollo cognitivo y emocional y estimular el gusto por la lectura- para su campaña anual "Leia para uma criança". Y que además implica la realización de 1.800.000 copias, para bibliotecas, ONG, instituciones y para particulares, siempre y cuando "el libro fluya".

"Fue como si me tocase la lotería, que pasa sólo una vez en la vida", reconoce Meana sobre esta publicación infantil que vio la luz en 2013 con ilustraciones de María Pascual de la Torre. Un proyecto que comenzó en 2010 por mediación de su amiga Sophie Blackall, ilustradora australiana, a la que encargaron un libro bilingüe para bebés donde apareciesen en inglés y español las onomatopeyas de los sonidos que emiten los animales. Blackall pidió consejo a Meana y a esta última le vino la inspiración. "Al contarle mi idea durante media hora me dijo que le encantaba pero que necesitaría tres años para ilustrarlo", explica la escritora. No todo estaba perdido pues le recomendó trabajar junto a una de sus pupilas, la ilustradora madrileña María Pascual. Dicho y hecho.

Tres años después, con el libro a punto de salir al horno, aprovecharon una feria internacional en Bolonia, la Meca de los libros infantiles ilustrados para niños y jóvenes, para llevar bajo el brazo su proyecto y concertar varias citas con editores de todo el mundo.

A las primeras de cambio SM Brasil les espetó un "lo quiero" que transformó la idea inicial del bilingüismo por un texto íntegramente escrito en portugués. De primeras se hicieron unas cinco mil copias "porque allí no se publica mucho, hay pocas librerías y el poder adquisitivo es pequeño", reconoce Meana sin olvidar que, al menos, "el mercado donde se hacen las ventas importantes es en los programas educativos o en la campaña que nos eligió".

La obra escrita por Lara Meana, fundadora de la librería El Bosque de la Maga Colibrí, tiene a Selou y Maya como protagonistas, esta última con el nombre y el semblante de su hija de verdad. Dos niños cuya carta de presentación en el libro son sendos árboles genealógicos que muestran su multiculturalismo y dan paso a la cotidianidad del día a día de los más pequeños. Dos historias que confluyen justo en el medio.

El día de Maya comienza tras sonar el despertador y desde entonces varios animales la acompañan en cada escena a través del mundo porque su sueño es viajar. Cuando se desliza por un tobogán se imagina que lo hace en India por la trompa de un elefante, por ejemplo. Incluso las onomatopeyas, en su caso, están escritas con los glifos correspondientes de cada alfabeto.

Al llegar al ecuador del libro se descubre que los animales son sus propios muñecos porque "para los niños, sus juguetes son compañeros de juegos que se convierten en reales". Entonces, hay que dar vuelta al libro para iniciar las vivencias de Selou, de carácter más inquieto, que desembocan en el mismo final, en su habitación con los muñecos. Dos escenas que revelan al lector que ambos pequeños son vecinos y dejan latente "cómo juegan los niños en sus casas aunque en la puerta de al lado haya otro jugando", es decir, "la soledad de la infancia" como mensaje inequívoco tras la lectura.

Por ahora está solo escrito en portugués. También en braille y en letra ampliada para personas con discapacidad visual. Pero la satisfacción de su autora es por cómo encaja su filosofía de vida ante la lectura en el proyecto carioca, cuyo lema en castellano es "Lea para un niño".

"Se pone el énfasis en que los niños lean y yo soy partidaria de que los niños no van a leer si no hay alguien que les lea y les abra las puertas de la literatura. De ahí que la edición en braille sea con las ilustraciones en relieve, para padres invidentes que puedan inculcárselo a sus hijos", explica con satisfacción.

Para Lara Meana, inmersa desde hace siete años en el proyecto "TresBrujas" -relativo a labores editoriales, coordinando proyectos de promoción de la lectura e impartiendo formación-, la satisfacción excede de haber logrado casi dos millones de copias de su ópera prima porque este libro "ha conseguido que me tome en serio lo de escribir". Y esa sensación pasa también una sola vez en la vida.

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