Una luz que se enciende puede salvar una vida. Hasta llegar a este punto relativamente sencillo un equipo integrado por seis ingenieros de Prodintec se ha aplicado durante nueve meses al desarrollo de la nueva técnica de la electrónica impresa, que permite insertar circuitos flexibles en textiles y en útiles de trabajo de tal manera que con ello se consiguen prendas inteligentes. Concretamente, un chaleco salvavidas y un casco que, gracias a los circuitos y sensores que llevan incorporados pueden ser determinantes y, llegado el caso, ayudar a salvar la vida de quien los porta.
Se trata de un desarrollo novedoso en Asturias, como explican los responsables del proyecto, cofinanciado por el Centro Municipal de Empresas de Gijón y que en la actualidad ya dispone de dos prototipos fabricados, listos para pasar a la fase de la comercialización.
El proyecto ahonda en un campo con "un potencial enorme, que está aún empezando a desarrollarse", explica Paula Sánchez-Friera, coordinadora del desarrollo. Una de las aplicaciones con más tirón es la del diseño de equipamientos de protección para los trabajadores impensables hace pocos años. Así, en Prodintec acaban de crear un chaleco salvavidas que lleva adherida una línea de LEDs que se iluminan en diferentes colores en función de las variables físicas del usuario. "Sería necesario llevar una pulsera de las que miden datos biológicos del usuario, como la tensión o el ritmo cardiaco", explican Blas Puerto y Pelayo Pérez, dos de los ingenieros involucrados en el proyecto.
Dicho dispositivo estaría comunicado de forma inalámbrica con un microcontrolador fabricado con la tecnología de la electrónica impresa e instalado en interior del chaleco, sumergible y a prueba de golpes, de manera que la prenda emitiría una luz verde en el caso de que las constantes vitales del usuario fueran las correctas. En el terreno práctico, y llevado al caso de los salvamentos en el mar, el chaleco supondría una buena pista para los rescatadores, puesto que "señalaría con la tira de LEDs verdes a aquellas víctimas que aún tienen pulso, que son las que se deben priorizar a la hora de los rescates", indican los expertos.
Los cascos, por su parte, llevan incorporados unos sensores de gases en el frontal (en la actualidad para detectar concentraciones de CO2 y benzeno, aunque se pueden adaptar a cualquier tipo de gas). En el caso de altas concentraciones de gases nocivos, una banda de luces tipo LED se encienden en color rojo dentro del casco, como forma de poder avisar al operario de que debe abandonar el espacio en el que esté trabajando en ese momento.
El proyecto, en el que también han trabajado los ingenieros Alejandro Ares, Ángel Sampedro y René Camblor, ya está listo para pasar a la fase de la comercialización, en la que estarían interesadas algunas empresas de la Milla del Conocimiento de Gijón. Empresas con interés tanto para la fabricación de los dispositivos como para su aplicación en sus propias áreas de trabajo.
Con ello, Prodintec avanza además en un campo con múltiples aplicaciones gracias a las tecnologías "roll to roll" que permiten fabricar circuitos flexibles, adaptables casi a cualquier superficie. Prodintec cuenta para ello con una línea piloto de fabricación específica, diseñada para la fabricación en masa de productos de alta tecnología sobre materiales de bajo coste. Y gracias a ello ya es posible incluir tecnologías en nuevos productos, dando lugar a componentes innovadores, finos y ligeros con multitud de aplicaciones prácticas.
El diseño de estos nuevos productos redundará en un campo al alza, el de la seguridad en el trabajo -cuyo día mundial se celebró precisamente esta semana-, de manera que las empresas puedan minimizar riesgos. En el caso de los circuitos flexibles podrían aplicarse a muchas otras prendas de vestir o herramientas de trabajo, con lo que la electrónica impresa "no ha hecho más que empezar a despegar", sostienen desde Prodintec los conocedores de esta nueva tecnología en desarrollo.
