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Adiós a las aulas

Veintiocho profesores de colegios gijoneses reciben un homenaje en el Ayuntamiento con motivo de su jubilación

Adiós a las aulasÁNGEL GONZÁLEZ

Unos reciben la jubilación con los brazos abiertos, encantados de iniciar una nueva etapa en sus vidas. Otros, en cambio, son menos optimistas y mantienen que echarán de menos su trabajo en las aulas. Ya no volverán a mandar deberes ni a corregir exámenes. Son los 28 docentes que ayer fueron homenajeados en el Ayuntamiento con motivo de su reciente jubilación.

Teodomiro Cuñado Villa es uno de los que abraza la jubilación. Ahora pretende "disfrutar de la nueva etapa" que se le presenta. Tras 35 años como docente, 25 de ellos en el colegio Río Piles, se queda con las cosas más positivas, como "la complicidad de los estudiantes, que se refleja cuando te ven por la calle y te saludan o se acercan a contarte cosas". Lucía Rodríguez ejerció como maestra durante 42 años en el Santo Ángel de la Guarda. "Si volviera a nacer, volvería a ser maestra", asegura. Sin embargo, también es consciente de que los tiempos han cambiado y "antes era un poco más fácil ser profesor, ahora hay que lidiar con más cosas".

Rodríguez señala que "aunque ahora puedo dedicarme a viajar, va a ser difícil cuando en septiembre me dé cuenta de que ya no tengo que volver al colegio". César Manuel Álvarez, profesor durante los últimos 20 años en el colegio Lloréu, explica que lo mejor de este tiempo es"haber tenido una perspectiva amplia de los cambios ideológicos y sociales que se han producido en la población". Por su parte, Julio Martín, docente en el IES Nº1, indica que se toma la jubilación "como unas vacaciones". Eso sí, más largas que las de la docencia.

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