Un jardín de vuelos rapaces

Las aves rapaces vuelven a tomar el control del Jardín Botánico Atlántico en la quinta edición de "Nocturnia", el que está considerado como "el mejor documental en vivo" que se hace en España, y que este año tiene ocho sesiones en Gijón -desde mañana hasta el próximo miércoles-. Once aves rapaces nocturnas y tres diurnas serán las protagonistas del Botánico esos días. "Tenemos una representación de lo que son estos depredadores de casi todas las regiones del mundo", explicó Gorka Arrúe, de Grupo Aviar. El público que asista a la actividad se encontrará con todo un espectáculo de animales únicos muy difíciles de ver tan cerca en condiciones normales. "La actividad dará comienzo un poco antes de la puesta del sol para ir introduciendo al público con algunas aves diurnas como águilas de Harris o algún halcón Lanario", apuntó Arrúe. Y eso solo es el primer plato de "Nocturnia", puesto que al caer la noche la exhibición de vuelo continúa. "En la carbayera del Tragamón tratamos de hacer una actividad de divulgación y sensibilización con el medio ambiente", indica el naturalista. Es en este lugar donde las aves rapaces nocturnas salen al encuentro con el público. "Es interesante porque según el ejemplar y según la especie, las aves vuelan de formas diferentes", reveló Arrúe, quien confirmó también que la actividad va acompañada de una locución en directo que explica las características de cada animal.

"Silberio" es un búho real siberiano de quince años común de los lugares de nieves perpetuas como Rusia. A pesar de vivir en zonas más frías, "aquí en Gijón se adaptan muy bien gracias al clima templado y de hecho, su capacidad de adaptación es tan grande que ha conseguido conquistar todos los continentes, menos la Antártida". Sin embargo, no llegan directamente desde su lugar de origen. El Grupo Aviar trabaja con los animales en una finca en la provincia de Toledo, "de donde venimos en un transporte homologado para este tipo de animales". Incluso determinadas aves ya conocen el Botánico, casi como su propia casa de años anteriores. "Algunos ya reconocen el lugar", aseguró el cuidador, quien también explicó que es sumamente importante que los pájaros vuelen con confianza. "Nosotros buscamos que las aves tengan estrés cero", concluyó. Solo falta que caiga la noche para que nazca la vida en el bosque.