"Ésta es una boda con 1.300 invitados; es lógico que unos prefieran carne y otros pescado". Son palabras de un relevante militante del PSOE de Gijón, cuando se le pregunta por la quiniela de candidatos que se asoman a las elecciones para designar al nuevo secretario general de la agrupación local de los socialistas gijoneses, cuyos destinos dirige una gestora desde la dimisión de Santiago Martínez Argüelles en febrero del pasado año. Y por los gustos de los comensales llamados a un banquete que aún no tiene fecha, pero que habrá de celebrarse antes de que finalice noviembre. Siempre fue así: por tratarse de la agrupación municipal más numerosa de España, la de Gijón suele resolver sus cuitas congresuales casi siempre de las últimas, al límite de los plazos.

Como no se requiere un número de avales, basta con conseguir completar una candidatura para optar a la secretaría general del PSOE de Gijón. Cuatro nombres, de mayor o menor peso, han saltado a la palestra en los últimos días. Lo cual quiere decir que el menú puede tener más platos que pescado y carne, si bien desde distintas familias socialistas locales se estima que "al final quedarán seguramente dos".

Francisco Blanco, "el mirlo blanco". Con la gestora preparando el traslado de muebles de la Casa del Pueblo, un sector potente del PSOE local capitaneado por los afines al sindicato de la minería, el SOMA, quiere empujar al exconsejero de Industria y exconcejal en el Ayuntamiento Francisco Blanco a dar el paso y hacerse de esa forma con el poder dentro de la agrupación. Blanco no se ha manifestado hasta ahora, pero se deja querer. Para muchos es "el mirlo blanco", pero militantes afines a él aseguran que no dará el paso si no se le garantiza consenso con otros sectores relevantes del socialismo gijonés. De los que suenan como candidatos, es el de mejor pedigrí. Fue el único miembro del Gobierno regional de Javier Fernández que optó en las primarias socialistas por Pedro Sánchez frente a Susana Díaz. La primera vez que un desconocido Sánchez vino a Gijón a presentar su candidatura a la secretaría general del PSOE, en 2014, lo hizo de la mano de Pachi Blanco. Cuando Sánchez dimitió y el PSOE quedó en manos de una gestora presidida por el presidente asturiano, Blanco puso en su perfil de Facebook la foto de la portada del "Julio César" de Shakespeare, con la frase "Algo tienen los clásicos". Ese hecho, jaleado en las redes sociales, levantó ampollas en la Federación Socialista Asturiana. Entre los que dieron al botón de "Me gusta" a esa frase se encontraba Adrián Barbón, entonces alcalde de Laviana y hoy secretario general de la FSA.

Blanco tendría numerosos apoyos, pero también detractores. Los que piensan que no se trata del candidato ideal se extiende la idea que explica un exdirigente socialista gijonés: "Tiene el defecto de que no aguanta en los sitios, de no acabar lo que empieza", en alusión a su espantada como consejero del Gobierno regional el pasado mayo. Y añade: "Da la impresión que decrece cuando vienen las dificultades, y la secretaría general de Gijón no es un paraíso idílico...".

El regreso de Dulce Gallego. La que fuera concejala del Ayuntamiento de Gijón durante los últimos mandatos de Paz Fernández Felgueroso sí ha manifestado su intención de presentarse a la secretaría general de la Agrupación Socialista gijonesa. Tras varios años apartada de la vida pública, aquejada además de problemas de salud, su retorno se produjo en loor de multitudes, tras quedar absuelta de los delitos de prevaricación, tráfico de influencias y fraude y exacciones fiscales por supuestas irregularidades de la Empresa Municipal de Aguas, de la que era responsable política. Gallego se sentó en el banquillo junto al que fue gerente de la EMA Luis Alemany, y ambos salieron limpios de un caso en el que se empeñó el actual equipo de gobierno, de Foro, y al que le salió el tiro por la culata.

A principios de agosto, la exedil recibió un multitudinario homenaje de amigos y militantes, en desagravio por los meses de zozobra judicial. Algunas personas que estuvieron en la ejecutiva local de Santiago Martínez Argüelles vieron en esa reunión el germen de una operación política de futuro. En ese grupo se encuentra, aseguran distintas fuentes, Ángel Calvo, ex vicesecretario general; Blanca Esther Aranda, exsecretaria de organización, y Fran López, exsecretario de sociedad de la información. Curiosamente, tras destacados militantes que se encontraban entre los promotores de un manifiesto a nivel local que el pasado febrero animaba a Susana Díaz a disputar a Pedro Sánchez el mando supremo del PSOE.

Sobre la viabilidad de la candidatura de Dulce Gallego emergen sombras. Destacados militantes consultados por este periódico coinciden en que "mucha gente está con Dulce, pero no comulgan con parte de su entorno. Y tal vez ella, en su buena fe, confundió un acto de solidaridad y desagravio con unas primarias". Y se duda que pueda conformar una candidatura viable.

Monchu García, el relevo generacional. Se da por hecho que al proceso electoral para designar al nuevo jefe de la Agrupación Socialista más poderosa de Asturias se presentará José Ramón García, concejal socialista en el actual mandato y secretario de organización de la gestora, que podría llevar en el equipo a otro socialista de casi idéntico perfil y de su misma generación: el también edil César González. Cofundador de Abierto hasta el Amanecer y fundador de Mar de Niebla, Monchu tiene predicamento entre las bases más jóvenes del partido. Quienes valoran positivamente esta alternativa reconocen que ayudaría "a dar estabilidad a la agrupación de Gijón, que por ser tan numerosa es tan diversa y es preciso conocerla por dentro". Y se valora su capacidad de integración, un detalle que será esencial para capear con éxito los meses que se avecinan, en un escenario nacional, regional y local "complejo y complicado", según esta misma fuente.

La candidatura "folclórica". En las últimas horas se ha conocido una nueva candidatura dispuesta a liderar el PSOE gijonés "desde la independencia", formada por militantes de base que no han ejercido cargos públicos ni orgánicos, aunque afines a Adrián Barbón y por tanto al "sanchismo". La encabeza el biólogo César González Herrerías, que ya estuvo en la lista que José Antonio Garmón enfrentó en 2012 a Santiago Martínez Argüelles. Y le acompaña, como aspirante a secretario de organización, el programador informático Xosé Mon González. Ambos comparten "una misma visión crítica y constructiva" del partido y su objetivo es, dicen, "reivindicar los principios fundacionales de la organización: socialismo, republicanismo, igualdad social y de género, justicia social y laicidad". En el PSOE local ya han definido a este grupo como "la candidatura folclórica", mitad en tono peyorativo, porque se supone que quedará en agua de borrajas, mitad en serio, ya que González Herrerías ha formado parte de grupos musicales de rock, pop y folk durante los últimos veinte años.

Un destacado dirigente del PSOE asturiano reflexiona que el proceso abierto en el socialismo gijonés de cara a designar a su nuevo secretario general manifiesta "la pulsión entre lo nuevo, que no acaba de llegar y que en muchos aspectos no parece tan nuevo, y lo antiguo, que se resiste a abandonar sus posiciones". En un partido que estuvo 32 años en el poder municipal y lleva seis en la oposición permanece en pie una generación que fue protagonista de la vida política local durante tres décadas y que aún tiene mucho que decir. Pero cuyos miembros no están todos en el mismo lado. O sea, que tanto entre la vieja guardia como en los heraldos de los nuevos tiempos hay gente que prefiere carne y gente que, si le dan a elegir, pedirá pescado.