Gijón no deja de planear su futuro. Primero fue un Plan Estratégico, en marcha lleva años el Plan General de Ordenación, solo hace unas semanas se presentaban los primeros informes del Plan de Movilidad y ahora sobre la mesa de políticos y entidades sociales está el borrador del Plan de Residuos. El documento que marca el camino para que Gijón pueda cumplir en el año 2020 con el mandato europeo de reciclar el 50% de su basura. Ahora mismo sólo se está a mitad de camino. El plan, abierto a modificaciones, sugiere 23 medidas a desarrollar en cinco años y con un coste general de 12,5 millones. La Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano (Emulsa) lidera el proyecto.

Estas son las medidas que se ponen negro sobre blanco en el documento:

Un plan de residuos obligatorio para las empresas. La idea es que ningún residuo quede al margen del control de la administración. Y por ello se plantea incorporar al marco normativo municipal la obligación de que toda empresa que solicite una licencia de actividades tenga que presentar un plan de residuos. Además, se sugiere la obligatoriedad de que cualquier empresa implantada en el municipio de Gijón presente una declaración de residuos anual "donde se reflejen y justifiquen las cantidades y tipologías de residuos generados, así como la correcta gestión de los mismos".

Controles semestrales en Cogersa. Conseguir mejorar la información que maneja el Ayuntamiento es el origen de una medida que sugiere caracterizaciones semestrales de cada fracción de residuos. Un trabajo que se haría en Cogersa para tener claro que envía Gijón en cada momento el gran vertedero de Asturias.

Una nueva ordenanza. Cambiar la norma es básico porque ahora mismo Gijón se rige por una ordenanza municipal de limpieza de 1988 que ha quedado superada por las principales normas y directrices en materia medioambiental de ámbito nacional y europea. Así que la medida que propone el Plan es redactar y aprobar una ordenanza municipal de residuos que reorganice todo ese marco normativo.

Unificar todos los contenedores en lugares estratégicos. Gijón tiene ahora mismo 3.155 contenedores de basura genérica distribuidos en 2.520 emplazamientos diferentes pero para la recogida selectiva sólo hay 1.464 estaciones. Ello supone que la mayoría de los gijoneses tienen que hacer un mayor desplazamiento para reciclar. Así que la propuesta es reunificar los contenedores pensando también en que irán aumentando en número con los años. El punto de partida es hacer un estudio sobre las mejores ubicaciones para los contenedores.

Más de cinco millones para comprar nuevos contenedores. Nuevos contenedores que sean funcionales, mejoren la estética y minimicen el impacto visual en las calles. La propuesta para los cinco años de vigencia del plan de residuos es comprar 3.266 contenedores de fracción resto y 3.918 de carga superior. Todo con un coste estimado de 5,3 millones. Es la medida más cara de todo el plan. Los expertos piden contenedores de polietileno de alta densidad.

El punto limpio de Somió, más y mejor. Ampliar el punto limpio de Somió es un viejo proyecto que ahora se plantea como medida más que necesaria. El coste estimado es de 265.000 euros. La idea es mejorar las instalaciones en la zona este ya que los puntos limpios de Roces, Tremañes y La Calzada son más modernos o se han renovado en los últimos años.

Mejora de frecuencia en la recogida del reciclaje. Si se quiere animar al reciclaje toda ayuda de la administración es poca. Ver los contenedores de papel, envases o vidrio saturados desanima al vecino y por ello se propone mejorar las frecuencias de recogida de estos materiales. Un cambio que debe medirse desde Cogersa.

Cerraduras con controlar las aperturas de los contenedores verdes. Una de las medidas más singulares es colocar cerraduras de control para el acceso a los contenedores de la basura general. Las cerraduras se programarían para limitar la opción de apertura unas horas o días determinados, según se decida. Todo con la intención de favorecer al máximo llegar a los contenedores de reciclaje y complicar lo más posible tirar la basura sin reciclar. ¿Problema concreto? Los pañales. Y por eso se piensa en colocar en algunas estaciones un contenedor adicional para pañales. Comprar 3.417 cerraduras y su consumo en baterías suma 1,1 millones.

¿Pagar por generar basura? Una idea a estudiar. No se habla de pagar pero si de estudiarlo. La medida número 9 es realizar un estudio para la implantación de un sistema de pago por generación. La idea es ver las opciones que se han desarrollado en otras ciudades y ver su posible aplicación en Gijón. No es la primera vez que el Ayuntamiento se plantea primar a los recicladores castigando en el bolsillo a quienes no reciclen. En su momento se habló de controlar los residuos a través de la tarjeta ciudadana, que es personalizada, para trasladar los costes a cada vecino concreto. Esta medida está presupuestada en 428.225 euros.

Recetas contra el despilfarro de comida. Un manual de buenas prácticas, un recetario de cocina con alimentos sobrantes, carteles, una web, talleres de cocina del aprovechamiento, concursos gastronómicos con sobras... varias mecanismos divulgativos para fomentar la reducción del despilfarro alimentario. Esta medida tendría acciones concretas para los hogares y otras más pensadas para comercio, hostelería y restauración.

Vajillas comestibles para las fiestas. Fiestas y eventos suelen acabar entre basura. El plan de residuos plantea exigir a los organizadores que presenten un plan específico de residuos, que se debe incluir en la documentación de petición de permisos. El Ayuntamiento y las empresas municipales se autoimponen esta obligación fomentado los vasos y vajillas retornables, la prohibición de envases de un solo uso, la utilización de vajillas comestibles (rebajadas de pan, empanadas, pan de pita...)...

Buenas prácticas en demolición. Se propone la elaboración y publicación de una guía de buenas prácticas en materia de segregación de residuos en el ámbito de la construcción y la demolición. El objetivo es que el material de este tipo llegue lo más segregado posible a los puntos limpios.

El bocata del cole libre de aluminio. Stop al papel de aluminio envolviendo el bocata del cole. Una de las medidas del plan se centra en la prevención del uso de envases en los centros escolares. Una campaña entre medioambiental y educativa apostando por envoltorios reutilizables para el desayuno e implantar buenas prácticas en los servicios de comedor.

"No" a la invasión de publicidad. Poner el freno a los folletos publicitarios que inundan los buzones y portales es otro de los objetivos a conseguir a partir de una actualización de la normativa municipal que incluya desde un registro de comunidades de propietarios que rechacen recibir publicidad a sanciones a las empresas distribuidoras y el reparto de etiquetas con el mensaje "no" a pegar en los buzones.

Un frigorífico para reutilizar excedentes de comida. Un programa para la reutilización de excedentes alimentarios con acuerdos de colaboración entre mercados y restaurantes y gestores de alimentos excedentarios es otra de las ideas. Emulsa se implicaría con un equipo especial que haría la distribución con un furgón frigorífico. Un coste de 352.000 euros.

Menos papel en las aulas escolares. La medida 16 aboga por fomentar la reutilización y minimización del uso del papel en los centros educativos. Entre las sugerencias está fomentar que los trabajos se entreguen en formato digital o se instalen bandejas en todas las aulas para reutilizar papel. El mayor coste, unos 75.000 euros, sería para comprar pizarras electrónicas para los escolares.

Un ecocenter en Roces. El punto limpio de Roces es el sitio elegido para desarrollar un ecocenter donde los gijoneses puedan llevar artículos que no necesitan pero que puedan ser útiles para otros. Un espacio de intercambio de pequeños electrodomésticos, ropa, discos ,juguetes... La media tiene un coste de un millón de euros.

Recogida selectiva de material orgánico en todo Gijón. Algo más de 3,6 millones se necesitaría para conseguir cumplir con la medida 18 que supone extender a todo Gijón el sistema de recogida selectiva para material orgánico. Todo con la intención de dejar al mínimo el contenedores de la basura general porque las estadísticas aseguran que el 40% de lo que ahora se tira mezclado es material orgánico.

Compostaje comunitario en los parques. Para fomentar el compostaje comunitario se plantea crear espacios específicos. Unos en zonas privadas vinculadas a comunidades de vecinos o asociaciones y otros en espacios públicos, fundamentalmente jardines. La idea es que vecinos voluntarios, previamente formados, se encarguen del control de las compostadoras.

Un laboratorio de ideas. ¿Tabacalera o Quinta La Vega? ¿Por qué no usar un espacio de Tabacalera o Quinta la Vega para desarrollar un laboratorio de ideas sostenibles? Un EcoLab o laboratorio ecológico que promueva ideas pero también impulse la creación de empresas basadas en la economía circular.

El "comercio verde" se une a la apuesta. La creación de un plataforma online sería la base para impulsar una red de "comercio verde" con un registro de comercios y entidades que promuevan la reparación, reutilización y reciclaje de residuos. Para ser un comercio verde habría que vender productos a granel, reducir envases, ahorra papel, comerciar con material de segunda mano...

Premios para los "comercios circulares". Los premios "comercios circulares son otra opción para favorecer la economía circular en Gijón. El premio que se propone es una reducción durante un año en un determinado porcentaje de la tasa de residuos municipal a pagar por las entidades ganadoras.

Comprar en verde desde el Ayuntamiento. El Ayuntamiento asume la apuesta por la compra verde, incluyendo cláusulas ambientales de contratación sostenible en las licitaciones de servicios y adquisición de productos.