Ese año el ferial de San Antonio había sido en un "prau" cercano a las casas de Urgisa, en Pumarín, "por culpa del circo que allí está instalado el recinto quedó pequeño para la feria". Se habían vendido varios caballos y una burra, ésta por 8.000 pesetas, y por cerdos de dos meses se habían pagado 1.500 pesetas, "cerdos se vendieron muchos, algunos venidos de Avilés, y vimos una vaca culona de Serín que se valoraba en 55.000 pesetas".