Vemos ese día una foto del alcalde, Ignacio Bertrand, entregando el premio de la I Bienal de Pintura Asturiana al gijonés Adolfo Bartholomé. Convocaba el premio Decorativa Gargallo y el premio era de 30.000 pesetas ("el artista cedió 10.000 pesetas a una familia necesitada de Cimadevilla"). La medalla de plata había sido para Eduardo Úrculo y la de bronce para Manuel García Linares. Bartholomé ya había sido premiado meses antes por LA NUEVA ESPAÑA con el título de Asturiano del Año.