Era habitual desde años antes, y lo sigue siendo en la actualidad, ese homenaje, una ofrenda floral, que los vecinos de Cimavilla rendían al descubridor de la penicilina. Como se sabe los playos desde que el médico murió en 1955 empezaron una campaña para levantar el monumento que vemos en el parque de Isabel la Católica, la primera estatua en el mundo en su honor. En ese 1993 los vecinos acudieron "en procesión" al Parque tras la charanga Kopa de Vino.