Mar de Niebla ayudó a 339 personas en la calle este año, cien más que en 2017

Durante el último año la Fundación Mar de Niebla ha trabajado con 339 personas que duermen o hacen vida en la calle. Son, según datos del colectivo, casi cien más que los registrados en 2017, en el que atendieron a solo 255 usuarios. De todos los atendidos en 2018, 102 se encuentran en situación de mendicidad y 127 no reciben ingresos de ningún tipo.

Del total de 339 usuarios solo 72 duermen en la intemperie. El resto duermen en cajeros (5), su vehículo (5), en viviendas mal acondicionadas como bajos o naves industriales (40), en habitaciones alquiladas (59), en recursos de primer nivel como alojamientos y centros nocturnos (67), en otro tipo de recursos como pisos de acogida o residencias (11), en vivienda de alquiler (31) y en casas heredadas de familiares (22). Hay otras seis personas con plazas del ERA y otras 21 sin información. "El 'sinhogarismo' no es solo dormir a la intemperie; en la mayoría de casos estas personas no tienen ingresos y viven en infraviviendas, lo que les obliga recurrir a la mendicidad y a pasarse casi todo el día en la calle", razona Irma Benito, coordinadora junto a Andrea Vega de "Eslabón", el programa de la fundación que se encarga de este servicio.

Mar de Niebla aclara que el aumento de personas atendidas no implica necesariamente un aumento da la mendicidad en la ciudad. "Las personas que viven en la calle suelen seguir un modelo cíclico; se pasan un tiempo durmiendo a la intemperie, luego consiguen una vivienda social y después vuelven a pedir en la calle o vuelven a la mendicidad porque se han quedado sin ingresos", resume Benito. Lo que sí les preocupa es la vulnerabilidad del perfil femenino. "En 2018 solo hemos trabajado con 87 mujeres, pero su situación es siempre muchísimo más complicada; es un peligro dormir en la calle seas quien seas, pero si eres mujer los problemas se multiplican", lamenta Benito.

A finales del mes de noviembre, la ciudad de Gijón amaneción llena de cartones repartidos por la ciudad con forma de personas. Fue una campaña de visibilización de las personas que pernoctan en la calle. Eran siluetas, cada una con una historia, para concienciar de la situación que viven muchas personas en Gijón. Se trataban de personas que carecen de ingresos o los cuales no llegan a 450 euros, una realidad "difícil de cambiar si no la conocemos", denunciaron entonces las entidades sociales bajo el hashtag #nadieinvisibleengijon para "captar la atención y tratar de hacer llegar una realidad ante la que nunca nos detenemos".