Los más guapos de la región son un cocinero, un estudiante y un empleado en una tienda de decoración. Y los tres son gijoneses. Alberto Martínez, Adrián Menéndez y Pablo López se coronaron este sábado, por orden, como los ganadores del certamen "Míster Global Asturias", al que concurrieron a su gala de Avilés un total de 20 finalistas. Tuvieron que prepararse para el gran día: las claras de huevo y el arroz blanco se habían apoderado de su dieta y asistieron a clases de protocolo, modelaje y entrenamiento.
Ahora, la suerte queda en manos de Martínez, que a sus 20 años representará a la región en la final española el día 30 de abril (aunque está pendiente de que su jefe le deje ausentarse en el restaurante en el que trabaja) en Tenerife. Mientras tanto, los tres barajan la idea de poder convertir las pasarelas en un trabajo a jornada completa, aunque reconocen que "para los chicos no hay demasiado trabajo".
López, de 26 años, fue el último en entrar "en el mundillo" (sus compañeros ya habían participado en alguna competición similar) y estudia ahora cómo compaginar su horario laboral con su posible nueva vocación. "Resultó no ser tan difícil como parecía. Al final lo que importa es que tengas percha y que seas más o menos guapo. Lo difícil es que te contraten", reconoce. Hasta ahora ni él ni sus dos compañeros se han sentido presionados por perder peso o ganar musculatura, pero sí que han tenido que alterar parte de su dieta los días antes del gran día. "Comíamos muchas tortillas francesas, muchas verduras e infusión tras infusión. Lo importante es no retener líquidos y no ingerir nada de grasa", concreta el modelo.
Reconocen, eso sí, que las aspirantes en categorías femeninas lo suelen tener más complicado. "Se les pide que estén más delgadas, que sean muy altas y que su forma de caminar en la pasarela sea muy concreta. Como es más normal que una chica guapa pruebe lo de ser modelo, al final para destacar tienes que currártelo mucho más", explica Menéndez. "Tienen la ventaja de que pueden participar en muchos concursos, pero la competencia es muchísimo peor. También tienen más posibilidades de que las contraten, cualquier evento o empresa busca siempre azafatas, pero tienen tantas entre las que elegir...", añade López.
En la gala del sábado los gijoneses tuvieron que desfilar tres veces: en traje, en ropa interior y con ropa de calle. También hicieron una presentación conjunta y otro paseo de despedida luciendo todas sus bandas (además de finalistas a López lo nombraron "Míster Simpático" y a Adrián, "Míster Fotogénico"). Los premiaron con una cera para la barba y un champú para cada uno. "Al final lo bueno de este tipo de concursos es que la agencia te valora y sus profesionales te enseñan a desfilar bien y cuáles son tus puntos fuertes", asegura López. Los veinte aspirantes, de hecho, asistieron a cursos sobre protocolo, entrenamiento, nutrición, pasarela y hasta una sesión de spa. "Más que los premios lo que nos sirve es que nos enseñen a hacer bien las cosas", agradece Alberto Martínez.
