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De viaje con Jovellanos: Tercera expedición de minas (y III)

La incursión polesa del Prócer

El Ilustrado, asombrado con la iglesia románica de San Esteban de los Caballeros, en Aramil, concluye el viaje de Valdesoto y regresa a Gijón

Iglesia románica de San Esteban de los Caballeros, en Aramil.

El jueves 21 de octubre de 1790 Jovellanos comía en casa de su primo carnal Sebastián Vigil Jove Ramírez, hijo de Josefa Ramírez de Jove, la hermana de Francisca Apolinaria Ramírez de Jove, madre de nuestro ilustrado, en Aramil, Siero. Y seguro vio la hermosa iglesia de San Esteban de los Caballeros, auténtica joya románica que se encuentra apenas a cien metros del palacio. Saliendo desde Pola de Siero por la actual nacional 634 en dirección Santander, tras cinco kilómetros se ve el palacio y un poco más abajo la iglesia. Jovellanos no quedaría ajeno a la belleza de esa pequeña muestra del románico asturiano que aún cautiva al viajero que hoy la admira.

Sobre su fundación no tenemos muchos datos, pero sus características estilísticas la sitúan en torno al siglo XII. De hecho, el primer documento que la cita es una donación de bienes en 1178. Consta de una única nave rematada por un ábside semicircular donde los canecillos exteriores son de gran belleza, con imágenes curiosas como dragones, un músico, una danzarina o un monje leyendo, entre otros. La portada sur es muy original con sus arquivoltas con decoraciones en forma de cabezas de pájaros picudas de influencia normanda, también destacan en esa misma puerta los rollos zamoranos como elemento decorativo, llamados así por su primera aparición en la puerta del obispo de la catedral de Zamora. Sin duda, visita obligada en las cercanías de Pola de Siero y una de esas joyas arquitectónicas con que contamos en Asturias.

El viernes 22, tras haber pernoctado en el ya citado palacio de Valdesoto, Jovellanos sale hacia Langreo y escribe lo siguiente: "Salimos al frente hasta subir los montes que vierten al valle de Langreo; pasamos por el lugar de Caballeros, parroquia de Hevia, desde donde vimos el incendio del lugar del Corripu. Deliciosa vista del valle de Langreo, atravesado por el Nalón. Algunas minas antes de bajar, casi horizontales y con exposición entre oeste y sur. Faldeamos el valle por la izquierda; subimos a los montes en que están las minas más abundantes, que reconocimos; muchas, abundantes, verticales, expuestas entre norte y poniente, altas en las cañadas de las vertientes, bastante anchas y de buen carbón. Comimos muy agradablemente en un castañar; seguimos toda la orilla del río hasta subir por la izquierda la parte más baja del monte del Carbayín".

Siempre es significativo y evocador leer a Jovellanos, cuando aquí nos cuenta cómo desde la parte alta de Carbayón ve una hermosa vista del valle de Langreo. Aún hoy eso es totalmente cierto. Basta con coronar el alto de La Gargantá y disfrutar de esa bella perspectiva.

Añade el Ilustrado que ve el incendio del lugar del Corripu. Era habitual en aquellos momentos que incendios en los montes se prolongaran durante semanas e incluso meses, ya que esos incendios partían de esas rudimentarias minas de carbón.

El Madrilanu

Esa zona es rica en mineral de carbón y así nos lo traslada. "Vimos la mina llamada del Madrilanu, por quien la beneficia, en el sitio llamado del So'lforu. Abundante, de cuatro a cinco varas de profundidad, expuesta entre sur y oeste, vertical y algo inclinada al norte. El solo sacaba; había dos carros, uno cargado y otro a la carga. Se regulaba ésta de treinta y cuatro arrobas. Se saca cada carro con los cuatro bueyes hasta la altura; allí cada yunta toma el suyo, y sigue hasta Gijón, por Siero, a salir bajo La Rodriguera al camino nuevo. Enfrente hay otra mina del mismo; quiere establecerse allí, abrir un trozo de camino, hacer casa; estorbado por un vecino, sin embargo de ser el sitio común. Al paso tocamos en Arenas; mineral de succino; no le vimos por ser noche".

Mas datos a reseñar. El Madrilanu sería quien gestionaba algunas de aquellas minas, y seguro sería de origen madrileño por el mote en asturiano que Jovellanos usa para citarlo. Cuando habla de arrobas, cabe aclarar, que una arroba son unos 11,5 kilos aproximadamente y una vara unos 0,83 metros. Una vez extraído el mineral, Jovellanos menciona lo que sería carretera de salida del mineral por Siero, a enlazar con la carretera Gijón-Oviedo a la altura de la venta de La Rodriguera ya mencionada en estos artículos. También cita el mineral de succino y aquí seguramente se refería al azabache de gran fama hoy en Asturias.

El 23 y el 24 de octubre, su viaje se ralentiza principalmente por razones climatológicas, pero mejor leamos cómo nos lo cuenta nuestro viajero. "Visitas en casa de don José Argüelles, llamado de la Cabezada, casado con mi señora doña Manuela de Llano Ponte, hermana de don Rodrigo; buena situación. Por la tarde, toda la familia de Argüelles; bulla y diversión gran parte de la noche".

El relato prosigue el domingo, día 24. "Detención, por ser un día de abundantísima lluvia; no cesó hasta cerca de la oración."

Siempre en estos artículos nos gusta tratar de aclarar el quién es quién de esas personas que se cruzaban en la vida de don Gaspar, y aquí tenemos mencionado a José García Argüelles, que fue regidor del concejo de Siero y marido, como menciona Jovellanos, de Manuela de Llano Ponte, la hermana de don Rodrigo de Llano Ponte, ya citado en el primer artículo de la segunda expedición minera, cuando nuestro viajero paseaba con él por Avilés. Era Rodrigo Alférez de las Reales Guardias. Los Llano Ponte surgen en el siglo XVI a partir del matrimonio entre Víctor Queipo de Llano e Inés González de Ponte.

Jovellanos mantuvo correspondencia privada con José García Argüelles, tratando asuntos mineros en esta zona. El 13 de octubre de 1792, cuando Jovellanos ofrece su parecer en un pleito sobre si las minas que estaban en tierras comunes pertenecían a los concejos o a las parroquias, cita a José García Argüelles y aunque nos desviemos un poco del viaje dice que: "[?] declarando a las comunidades o Concejos la propiedad de las minas situadas en terrenos concejiles, no deja lugar alguno a dudar sobre la aplicación de su utilidad que debe ser enteramente de la Comunidad propietaria".

El lunes 25 sale de Valdesoto y regresa a Gijón, veamos como lo cuenta en su diario: "Salida de Valdesoto con buen tiempo hasta El Rebollar; camino firme; de allí sigue hasta bajar a los prados de La Ribota, y luego a salir hasta la casería de Huergo y lugarcito así llamado; de este punto se toma la ladera de enfrente, que está al otro lado del lugar de Fano, y se la va faldeando por debajo de la casa de Rato, en Caldones, hasta que ya cerca de Contrueces cae en El Llano, y viene la línea a pasar por Ceares, siguiendo su calzada a entrar por la nueva puerta de San Bernardo. La comida fue de fiambres, y en el campo, en un prado de la casería de Zarracina, en Fano. Vimos esta iglesia, cuya portada, de arquitectura asturiana, está bien conservada; compónese de muchos arcos resaltados uno sobre otro, que apoyan sobre columnas estriadas en espirales, en cuerda. El grande arco exterior se apoya sobre dos jambas lisas, y en la del lado de la epístola hay un nichito y en él un bajorrelieve que representa algún santuco feísimo y de muy grosera escultura. Salimos a Gijón, donde llegamos a la oración. Allí descanso martes y miércoles."

Este entorno es precioso aun hoy y la carretera AS-248 que desde Pola de Siero sube hasta Muncó y después baja hacia Gijón pasando por Güergu, Quintana, Fano y Caldones permite vislumbrar preciosas estampas de la ciudad de Gijón y su entorno rural. También podemos disfrutar de la iglesia que menciona, que es San Juan de Fano, y que formaba parte del monasterio benedictino de San Juan Bautista ya existente en el siglo XII. Su portada románica con interesantes figuras zoomórficas se conserva en bastante buen estado en la actualidad.

Las expediciones mineras finalizan aquí, pero el próximo viaje que iniciaremos en breve con nuestro viajero más ilustre, no os dejará indiferentes sin duda. Pero será ya a partir del próximo capitulo. Os espero con el equipaje preparado y dispuestos a seguir las huellas de Jovellanos.

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