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La madre de una niña operada critica la falta de atención médica: "No sé ayudarla sola"

Santa de las Heras pide que Salud le facilite pautas personalizadas de rehabilitación en casa: "Se juega el poder caminar o no"

Santa de las Heras y Yaiza Azevedo, ayer, en su domicilio. Ángel González

Yaiza Azevedo tiene 14 años y sufre desde siempre un problema en el crecimiento surgido a raíz de un derrame cerebral nada más nacer. A los 7 meses su madre, Santa de las Heras, ya vio que la bebé no se movía como un niño normal, y pronto se vio que las extremidades inferiores de la pequeña sufrían deformaciones internas que, según le habían explicado primero los médicos, la dejarían "casi vegetal". Resultó no ser así, según Heras, porque ella misma se puso a investigar y encontró dos clínicas de Barcelona y Madrid que sí vieron en Azevedo una oportunidad de mejora. La operaron en ambas ciudades, respectivamente, a los 6 y 14 años, y ahora su esperanza de que por fin pueda caminar se basa en unas terapias de rehabilitación canceladas a raíz de la pandemia. "Entiendo que no podemos ir al hospital, pero necesito que al menos me llamen y me digan exactamente cómo puedo hacer yo la terapia. Si no, todo lo que sufrió no servirá para nada", explica la madre.

Se sabe que Azevedo, a raíz del derrame, sufre algún tipo de problema que evita el correcto funcionamiento de ambas piernas. "En la primera operación que conseguí en Barcelona, cuando aquí me decían que se iba a quedar vegetal, pudo ponerse en un andador a los pocos días. Y en esta última cirugía, que fue en octubre, un doctor de Madrid le hizo una operación multinivel para alinear los ejes mecánicos. Era una cirugía muy difícil y para ella fue muy dolorosa", resume la madre, que teme que todo lo que la pequeña ha tenido que sufrir hasta ahora -estuvo meses con escayolas- se eche a perder por no poder adherirse a un plan serio de rehabilitación. "Yo entiendo que no podemos ir al hospital, aunque ya ni antes me ofrecían más de 20 minutos de terapia cuando en Madrid podían tirarse dos horas con ellas, y tampoco pido que nos manden alguien a casa, solo que me llamen y enseñen bien cómo ayudarla a hacer sus ejercicios. Se juega el poder caminar o no", demanda.

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