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La excepcional costera del bocarte libra a la Lonja de la disolución

Los 4,93 millones de euros facturados hasta ahora en la campaña dan un balón de oxígeno a la rula tras fracasar su ampliación de capital

Descarga de bocartes en Lonja Gijón el pasado 25 de mayo, día en el que se rularon cerca de 400.000 kilos. JULIÁN RUS

La excepcional costera del bocarte, que hasta el momento ha llevado a subastar en Lonja Gijón cerca de 3,2 millones de kilos, va a permitir que la rula de El Musel evite tener que entrar en disolución por las pérdidas acumuladas en ejercicios anteriores. La sociedad controlada por la Autoridad Portuaria de Gijón aún no ha formulado sus cuentas de 2019, año que acabó con fondos propios negativos, estando así en causa de disolución, según explicaron las fuentes consultadas.

Esa circunstancia se ha logrado conjurar gracias a los cerca de 4,93 millones de euros recaudados hasta el momento por la subasta de los 3,2 millones de kilos de anchoa citados, a lo que hay que añadir otros ingresos aparejados como el aumento de ingresos por servicios como la venta de hielo o el combustible para los barcos, cantidades menores, pero que también suman.

En años anteriores el bocarte frecuentó aguas cántabras o del País Vasco, mientras que este se concentró durante buena parte de la campaña entre las perpendiculares de Llanes y el Cabo Peñas. Los pesqueros suelen ir al puerto más cercano a descargar sus capturas para volver a faenar lo antes posible y debido a la ruta que este año eligió la especie, a Gijón le tocó el premio gordo. De hecho, gracias a la costera del bocarte, Lonja Gijón ya ha superado toda su facturación de 2019. Y eso sin contar lo que va a dejar la costera del bonito que ya está en marcha y se prolongará durante todo el verano, una campaña que tradicionalmente ha sido su principal fuente de ingresos.

Para dar una idea de lo que está suponiendo la costera del bocarte este año para Gijón, el mejor registro histórico hasta la fecha se obtuvo en 2015, donde en la cancha de El Musel se rularon 1,51 millones de kilos de esta especie.

Pese a la lotería que este año le ha tocado a Lonja Gijón con los bocartes nadando por aguas cercanas, la situación de la empresa a largo plazo sigue manteniendo incertidumbres. La ampliación de capital, aprobada por su consejo el año pasado para buscar inversores privados que la reflotaran, quedó desierta. Así las cosas, el futuro a medio plazo puede pasar por algún grado de integración con la lonja de Avilés. Así lo planteó el propio presidente de la lonja y del puerto avilesinos y el Principado ya ha encargado un estudio a la Universidad de Oviedo para analizar esa alternativa. En Gijón, no parece que Puertos del Estado vaya a autorizar a El Musel a aportar más capital a su lonja, los socios privados tampoco están por la labor, ni hay empresas privadas que hayan formalizado ofertas para comprarla.

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