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Riada de críticas contra el abandono de cauces "rurales"

"Pagamos impuestos como en la ciudad, pero solo se atiende el Piles", dicen los vecinos l El Aboño, el Pinzales y el Pilón concentran las quejas

Riada de críticas contra el abandono de cauces "rurales"

En la primera mitad del siglo XX, en la orilla gijonesa del río Aboño, a su paso por Veriña, estaba el merendero Venecia. Uno de los divertimentos del establecimiento era dar un paseo en barca por el cauce antes de ir a comer. Décadas después, el paraje nada tiene que ver con las fotos de antaño, presionado por la actividad industrial. Hoy, las aguas del Aboño son marrones, están llenas de maleza y hay hasta cables pelados por los ladrones de cobre pudriéndose en sus puentes. Las quejas de la asociación San Martín de Veriña son constantes. Y lo mismo sucede en otras parroquias rurales, como Cenero o La Pedrera, que claman por el abandono de sus ríos. "Los desbordamientos son habituales. La suciedad está en las parroquias. Hay mucho más que el Piles", claman.

El gobierno local tiene el compromiso de purificar el río Piles, lastrado por una contaminación que luego desembocan en la playa de San Lorenzo. La concentración de esfuerzos solo en ese cauce levanta críticas vecinales. La Federación de asociaciones vecinales de la zona urbana (FAV) y la Federación de asociaciones de vecinos de la zona rural "Les Caseríes" unieron sus voces para clamar contra el abandono que sufren otros ríos del concejo, como el Pinzales, el Pilón o el Aboño. "No solo existe el río Piles", fue su argumento.

Ambos colectivos denuncian inundaciones y desbordamientos. Este problema es conocido en la parroquia de Cenero. Consuelo González, Chelo, es la presidenta de la asociación "La Abadía de los 16 de Cenero" desde hace ocho años. En ese tiempo, afirma haber tramitado decenas de quejas por las inundaciones que genera la falta de limpieza en el río Pinzales a su paso por la zona, así como otros arroyos, como el de Sotiello. El problema más grave es para los vecinos de La Rebollada, una localidad de 126 habitantes. "Arreglar esto es más importante que el Piles. El agua entra en las casas y genera desperfectos, pero parece que no interesa", lamenta la líder vecinal de Cenero.

Miguel Llanos es el presidente de la asociación de vecinos "San Andrés" de La Pedrera, parroquia limítrofe con Cenero. También es el secretario de "Les Caseríes". Su gran problema es con el arroyo La Pedrera, que desemboca en el río Pinzales. "Esa zona se inunda y provoca accidentes cada dos por tres", apunta. "El problema de limpiar los ríos en la zona urbana es que los troncos no se caen en Viesques. Se caen en las parroquias", relata. "Si no se limpia la suciedad aguas arriba, es normal que llegue aguas abajo, porque los ríos tienen la mala costumbre de ir cuesta abajo", ironiza el líder vecinal. "Está muy bien tener el Cascayu en el Muro, pero la zona rural merece atenciones también", finaliza.

En Veriña, comparten las críticas. "Cuando vengan a limpiarlo sabe Dios qué es lo que van a encontrar", se cuestiona Néstor Alves sobre las aguas del Aboño. "Se debería prestar atención a todos los ríos que no son el Piles", afirma Alves. "La zona rural tiene sentimiento de concejo. Pagamos los mismos impuestos, así que es lógico tener las mismas atención", finaliza el presidente, uno más que se suma al torrente de críticas vecinales por la limpieza de los ríos.

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