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Gijón suma 473 edificios en mal estado, con el Centro y El Llano como zonas más afectadas

El área de Urbanismo trabaja para revertir la “preocupante” situación, pero teme que la crisis impida a las comunidades sufragar las reparaciones

Varios obreros, en el tejado del edificio de la calle Luanco, ayer al mediodía, realizando trabajos de reparación tras el derrumbe de la cornisa. | Juan Plaza

El derrumbe esta semana de la cornisa de un edificio de la calle Luanco, en el barrio de Laviada, ha vuelto a evidenciar que el deterioro de buena parte de los inmuebles de Gijón destaca en la lista de asuntos pendientes del Ayuntamiento, que recientemente ha reforzado el área de Urbanismo con dos personas para desatascar en un primer momento la concesión de licencias, pero que confía en poder dotar de mayor personal a este servicio ante el colapso que sufre desde hace unos años. La situación, reconocen desde el área municipal, “preocupa” porque, a día de hoy, son ya 473 los edificios de más de cincuenta años en la ciudad que necesitan reformas, en mayor o menor profundidad, de forma urgente al contar con un informe desfavorable tras su revisión por el Principado. Ese listado, que no para de aumentar, sitúa al Centro y al barrio de El Llano como principales áreas afectadas, seguidos a cierta distancia de los barrios de La Arena, El Coto, La Calzada y Laviada. “Los datos generan preocupación, más aún por la crisis que se avecina y que dificultará que los propietarios de los inmuebles puedan acometer las reformas; pero estamos seguros de poder revertir la situación”, aseguran desde Urbanismo.

Tras el verano, la lista con los expedientes de órdenes de ejecución abiertos por edificios con informes de evaluación desfavorables, realizados por ley a todas aquellas construcciones una vez que cumplen el medio siglo desde su edificación, ascendía a 247 inmuebles, pero dos nuevos envíos recientes con 225 expedientes por parte del Principado –el último de ellos llegó el pasado 9 de octubre– elevan esa cifra total hasta los 473 edificios afectados. “Una vez recibimos el informe del Principado avisamos a las comunidades de propietarios que el periodo para la realización de las obras de reparación se ha cumplido; al ser poco personal es difícil estar encima para que se lleven a cabo”, reconoce Gonzalo Canga, director general del área de Urbanismo en el Ayuntamiento de Gijón.

“Desatascar el servicio de licencias” es ahora la prioridad de los técnicos municipales

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Las zonas más afectadas de la ciudad –no se incluyen en el listado los últimos expedientes remitidos por el Principado– son el Centro, con 48 edificios expedientados por no acometer las obras; el barrio de El Llano, con 40; La Arena, con 27; y los barrios de El Coto y La Calzada, ambos con 21 edificios en la lista. El resto de inmuebles en mal estado se reparten, en menor medida, por El Natahoyo, Cimadevilla y Pumarín. “Es un problema complejo, nosotros seguiremos notificando a los propietarios que deben acometer esas reformas y, llegado el caso, impondremos las sanciones correspondientes”, explican desde Urbanismo.

No obstante está el problema del coste que suponen esas obras, inasumible la mayoría de veces para los vecinos afectados. Peor aún con la crisis que se avecina. También que no pocos de los inmuebles están en manos de bancos o del Sareb, algoque que dificulta cualquier actuación porque “no hay un interlocutor válido”.

La situación en el área municipal, una de las más saturadas de la estructura del Ayuntamiento, viene lastrada, explican, por la falta de personal –un problema al que, en parte, se ha puesto remedio– y una deuda de 72 millones de euros proveniente “de una herencia endemoniada del anterior mandato”, señala Gonzalo Canga, proveniente de las ayudas a barrios degradadas y las subvenciones que se concedieron hasta 2017. “Estamos atados de pies y manos; vamos reduciendo poco a poco la deuda, pero es una tarea difícil”, asegura. Eso sí, el atasco principal del área de Urbanismo está en la concesión de las licencias, y es ahí donde ahora tienen puestos todos los esfuerzos del servicio. “Queremos desatascar primero el tema de las licencias, y luego reforzar el asunto de disciplina urbanística”, desvela Gonzalo Canga, que también recuerda que otra de sus actividades es la del mantenimiento de solares, unas labores adjudicadas a una empresa por 70.000 euros al año para los trabajos de ornato y seguridad sobre edificios y solares desatendidos en Gijón.


Una obra mal ejecutada, posible causa del derrumbe en Laviada

Una obra mal ejecutada pudo ser la causa del derrumbe de la cornisa en el edificio de la calle Luanco, que despertó a buena parte del barrio de Laviada en la mañana del pasado miércoles por el estruendo que supuso la caída a la calle de buena parte del tejado. El inmueble, ubicado en el número 16, se construyó en 1935 y, según confirman desde el área de Urbanismo, había pasado con informe favorable la revisión correspondiente por tener más de cincuenta años. Ahora, tal y como pudieron examinar los técnicos municipales el pasado viernes, “no hay riesgo de colapso” y las labores de reparación de la fachada están en marcha. ¿Por qué se produjo entonces el derrumbe? La principal hipótesis que manejan los expertos está en que tras las obras realizadas hace unos años por parte de la comunidad de vecinos se debilitó la estructura, en la parte superior izquierda, la estructura quedó debilitada. “No fue una falta de mantenimiento, parece que una intervención posterior debilitó la estructura; todo apunta a una actuación desacertada en su momento”, confirman desde el área de Urbanismo. Los vecinos de la calle Luanco detectaron hace justo hoy una semana una grieta en la cornisa del lado izquierdo del edificio que terminó por derrumbarse el miércoles, ocasionando daños materiales, pero ningún herido.

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