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Pablo Cortijo, el fallecido en el accidente de ambulancia de Gijón: un fiel seguidor del Oviedo "muy implicado" en la lucha contra el covid y "siempre dispuesto a ayudar"

El técnico de ambulancias muerto deja pareja e hijo y una profunda huella en los círculos donde se movía: "Con él todo eran facilidades y ningún problema"

Accidente de ambulancia anoche en Gijón. En el recuadro, Pablo Cortijo.

El fallecimiento en un accidente en Gijón de Pablo Cortijo, técnico de ambulancias, ha golpeado no solo al sector del transporte sanitario en Asturias, sino a todos los círculos por donde se movía este ovetense de 37 años, sobre quien todos coinciden en señalar que "estaba siempre dispuesto a echar una mano".

"Hemos perdido a una parte de nosotros, quien lo dio todo por su trabajo hasta su último aliento. Descansa en paz, compañero. Que la tierra te sea leve", se lamentan sus compañeros de Transinsa, empresa encargada del servicio de ambulancias en el Principado. Como parte de la misma, Pablo Cortijo trabajó prácticamente desde el inicio de la pandemia en la lucha contra el covid-19, siempre "muy implicado en su trabajo", según sus compañeros.

Un implicación que caracterizaba a Pablo Cortijo allá por donde se movía. El técnico de ambulancias, que deja pareja y un hijo de corta edad, era un fiel seguidor del Real Oviedo, pasión que no abandonó ni en los peores momentos del club. Es más, "siempre estaba dispuesto a ayudar", destacan sus compañeros de grada de la peña Symmachiarii. "Era muy buena gente, de esa clase de personas de las que nadie puede hablar mal. Con él todo eran facilidades, ni un problema. Y siempre andaba haciendo bromas", recuerdan en los círculos oviedistas.

Socio del Real Oviedo desde hace muchos años, heredó esa pasión de su padre. Era un incansable seguidor que no dudaba en embarcarse en viajes para los duelos del equipo oviedista fuera de casa. "Llevaría tranquilamente más de un centenar de viajes con el grupo", recuerdan en Symmachiarii, donde lo conocían como Pablo "Venta" al residir en el barrio ovetense de Ventanielles. El Real Oviedo quiso sumarse oficialmente al dolor y recuerdo de su aficionado: "La noche se lleva a uno de los nuestros, mientras velaba por cuidar y salvar vidas. Reconocimiento, honor y todo el cariño del mundo a su familia y amigos".

Pablo Cortijo no dudó en echar una mano en momentos difíciles, como cuando colaboró para adecentar las instalaciones de entrenamiento del Requexón en 2012 o cuando se implicó en la búsqueda de acciones para salvar al club. Misma implicación que dispuso cuando llegó el covid-19 y le tocó enfrentarse a él en primera línea desde su trabajo en la ambulancia. Un trabajo que estaba realizando precisamente en la noche de un fatídico accidente en el barrio de Nuevo Gijón que ha dejado huérfanos de su altruismo y buen humor a todos los que lo conocían.

Ambulancias de Transinsa, hoy, con crespones negros

 Carlos Paniceres, consejero delegado de Transinsa, explica que lo ocurrido es "una tragedia" a la que aún "nadie encuentra explicaciones". "Tengo a compañeros muy afectados; un accidente en una calle como esa, tan amplia, y a una hora sin tráfico... No nos esperábamos algo así, no recuerdo un accidente tan grave en ambulancias", lamenta. Todos los vehículos de la empresa llevan ya desde hoy y lo mantendrán durante los próximos días crespones negros en señal de homenaje al fallecido, un compañero "extrovertido, lleno de energía" y un gran deportista que había encontrado "su sitio" en el sector sanitario hace ya cuatro años.

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