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La regasificadora, a un paso de empezar a funcionar tras la autorización ambiental

El Ministerio impone a Enagás que estudie el pintado de los tanques de la instalación para su integración paisajística y medir la contaminación

Los tanques de la regasificadora de El Musel. Marcos León

La regasificadora de El Musel está a un paso de poder ser utilizada por Enagás, después de que el Ministerio para la Transición Ecológica aprobara el pasado miércoles su Declaración de Impacto Ambiental, imprescindible para poder activar una instalación que acabó de construirse en 2012 con una inversión de 380 millones de euros por parte de Enagás. La empresa está repitiendo toda la tramitación administrativa de la planta después de que una sentencia de 2013, ratificada por el Tribunal Supremo en 2016, anulara la autorización administrativa que se había concedido a la instalación en 2008, obligando a repetir toda la tramitación desde cero. La instalación también estuvo hibernada varios años por el exceso de capacidad del sistema.

Ahora se ha entrado en la recta final de esa tramitación, tras haber superado el asunto más delicado, como es la evaluación ambiental que Enagás comenzó a tramitar el 11 de febrero de 2019. Tras la Declaración de Impacto Ambiental formulada este miércoles por la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental –comunicada ayer a Enagás y que la próxima semana se publicará en el BOE– tan sólo resta la aprobación del proyecto de la instalación de El Musel por parte de otro departamento del mismo ministerio; la Dirección General de Política Energética y Minas, trámite que previsiblemente se cumplimentará en los próximos días, según las fuentes consultadas.

El Secretario de Estado de Medio Ambiente, el asturiano Hugo Morán, ya había anunciado en enero el avanzado estado en el que se encontraba la tramitación ambiental de la instalación portuaria, cuya primera autorización de había anulado por estar a menos de 2.000 metros de viviendas, límite establecido en un artículo del Raminp que posteriormente se derogó.

Sin ese obstáculo legal, la declaración ambiental ha salido ahora adelante. El proyecto presentado por Enagás es el mismo de 2008; para usar la planta para la inyección de gas natural en el sistema español, añadiendo una nueva justificación por Enagás, como es la del uso de sus tanques como almacén logístico para el transbordo de gas natural licuado hacia otros puertos. Una vez entre en servicio, la regasificadora generará unos 75 empleos.

Entre las medidas que ha impuesto Medio Ambiente a Enagás para autorizar la planta de El Musel se incluye que estudie el pintado de los dos tanques de 52,73 metros de alto por 74,95 de diámetro, para su integración paisajística. También obliga a la empresa a instalar en el entorno una estación de medición de la contaminación por dióxido de nitrógeno y monóxido de carbono. En el caso de que tenga que funcionar la antorcha de la instalación pueden producirse incrementos en las concentraciones de dióxido de nitrógeno que sólo en invierno y con el cielo cubierto superarían los 0,9 microgramos por metro cúbico de aire en alguna parte el casco urbano, llegando a los 2,5 microgramos en la playa de San Lorenzo. El Ministerio también recuerda que el Principado ha impuesto la ejecución de dos pantallas acústicas, la mayor de 138 metros de largo por 8 de alto. En cuanto a los riesgos de accidente, se estima que el caso más desfavorable no alcanzaría a ninguna zona habitada.

“Gran noticia”, afirma el Principado

El consejero de Industria del Principado, Enrique Fernández, calificó ayer de “gran noticia para la economía y la industria” la declaración ambiental de la regasificadora, destacando que la regasificadora, “a medio y largo plazo podrá evolucionar para dar cabida a desarrollos vinculados con el hidrógeno verde y convertirse en un referente a nivel europeo”.

La instalación

  • Inversión. La regasificadora de El Musel acabó de construirse en 2012 con una inversión de 382 millones de euros. Está inactiva desde entonces.
  • Almacenamiento. Sólo se llegaron a construir dos de los cuatro tanques de almacenamiento de gas natural licuado proyectados. Cada uno con capacidad para 150.000 metros cúbicos.
  • Transbordos. Además de para inyectar gas en el sistema, el proyecto también se tramita para almacenar y realizar transbordos de gas natural licuado.

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