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“No hay excusa para no invertir”, replica el Ayuntamiento a El Musel sobre el carbón

La oposición alerta sobre las contradicciones entre informes y exige medidas urgentes para resolver el “grave problema de la playa”

Nueva mancha. El buen tiempo ayer permitió los baños y la práctica deportiva en San Lorenzo, que amaneció con otra gran mancha de carbón, en este caso a la altura de la escalera 11. Marcos León

“No puede ser utilizado como excusa para no llevar a cabo las inversiones necesarias para que la actividad se realice con la mínima repercusión posible sobre el entorno marino”. Esta es la advertencia que lanzó ayer a El Musel el concejal de Medio Ambiente, Aurelio Martín (IU), después de que la Autoridad Portuaria presentara un informe, encargado a expertos de la Universidad de Oviedo, en el que se concluye que el carbón de la playa de San Lorenzo no tiene su origen en el Puerto, sino en el “Castillo de Salas”, buque que se partió en dos frente al cerro de Santa Catalina a principios de 1986.

El resultado de los estudios llevados a cabo por los geólogos Germán Flor Blanco, de la Universidad, y Félix Mateos, de la asesoría geológica GEA, contradice las conclusiones del informe elaborado hace apenas seis meses por el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (Incar) para el Ayuntamiento, en el que sí se apunta directamente a El Musel como responsable de la presencia de carbón en la playa, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. En esta tesitura, Martín esperará a que la Autoridad Portuaria le remita su documento para pronunciarse más a fondo. En todo caso, el concejal subraya que el Ayuntamiento y el Principado trabajan en la redacción de un plan para lograr un tratamiento óptimo de las aguas, con la previsión de que esté listo en los próximos meses.

Respecto a esas inversiones que le reclama el Ayuntamiento, la Autoridad Portuaria tiene entre sus previsiones la construcción de una barrera cortavientos de 500 metros entre Ebhisa y su explanada trasera, una barrera vegetal de 160 metros en el Muelle Norte y la conclusión del acondicionamiento de dicho muelle, además de diferentes pavimentaciones, el cierre perimetral de la Avenida de Eduardo Castro y actuaciones de eficiencia energética. El propio presidente de El Musel, Laureano Lourido, aseguró este viernes, en la presentación del estudio de la Universidad, que la Autoridad Portuaria está “comprometida con el medio ambiente” y que cuenta para ello con un plan de inversiones aprobado en 2020 que alcanza hasta 2023, estando previsto, además, que en junio se autorice otro con vigencia hasta 2024. En el que está en vigor hay inversiones que suman 12,8 millones de euros.

Además del gobierno local, también se refirió ayer al informe de la Autoridad Portuaria y a las contradicciones con el del Incar el portavoz municipal de Ciudadanos, José Carlos Fernández Sarasola. “Por favor, dejen de marear a los gijoneses con estas disculpas y pónganse a hacer lo que es su responsabilidad: que no llegue carbón a la playa de San Lorenzo. Es hora de ponerse manos a la obra y de hacer las inversiones que sean necesarias para resolver este grave problemas que llevamos soportando demasiados años y para el que existen soluciones, está claro que baratas no, pero la salud de los gijoneses dudo que tenga precio”, indicó el portavoz naranja.

Las contradicciones entre el estudio de la Autoridad Portuaria y el del Ayuntamiento son significativas. El primero concluye que de los datos obtenidos se desprende que al menos el 89,25 por ciento de los granos analizados son compatibles con el carbón del “Castillo de Salas”, llegando a ser total en muestras más gruesas. Además, Flor y Mateos advierten de que, como cabe la posibilidad de que en las muestras no estén representados todos los carbones del buque, “cuyo hundimiento depositó mineral en, al menos, nueve puntos de la bahía”, la compatibilidad acreditada “sería aún mayor”. El Incar, sin embargo, estima que solo un 24,7% –y probablemente algo menos– de los carbones resultarían compatibles con la carga del Castillo de Salas. El resto, un 75,3%, serían totalmente incompatibles. Por tanto, a su juicio, la situación en San Lorenzo obedecería al “movimiento de grandes tonelajes de carbón en áreas próximas a la playa”.

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