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Los barrios degradados piden priorizar sus obras: “El gobierno no está implicado”

“El sector no pueda hacer nada”, dicen los constructores, que refieren precios “disparatados” en materiales básicos como la madera y el hierro

Imagen de archivo de una zona del poblado de Inuesa, en Tremañes. | Marcos León

Ante el parón en el plan de rehabilitación de barrios degradados por un incremento en el coste de las materias primas que impiden a las constructores cumplir sus contratos en los presupuestos previstos, los vecinos ponen sobre la mesa dos opciones: estudiar una financiación compartida con las comunidades afectadas o revisar las fases de obra para poder empezar “cuanto antes” al menos parte de las reformas prometidas. En cualquiera de los casos, los constructores advierten que la inestabilidad actual del mercado impide hacer cualquier estimación a largo plazo. “En el último año el precio de las materias primas están disparadas. Un presupuesto que se haga hoy puede quedar obsoleto en seis meses. Va a seguir pasando”, lamentan.

Los afectados son los vecinos de las comunidades del poblado de Inuesa de Tremañes, la Sindical de Contrueces, la reforma de Monte Areo de Monteana y las viviendas aún sin rehabilitar de Portuarios. Alejandro Romero, líder vecinal de Contrueces, es quien pone sobre la mesa la posibilidad de que los vecinos cofinancien la obra, si se logra un acuerdo entre las partes implicadas, al considerar que las demoras empiezan a ser “insostenibles”. “Antes de que la obra se echase para atrás del todo, propondría esa solución, pero a ver cómo le explica el Ayuntamiento a los residentes que tendrían que costear una obra que en otros barrios se hizo a coste cero, que además era lo acordado”, lamenta. Explica que los afectados superan el centenar, repartidos en cuatro calles, y siente que el gobierno local “no está lo suficientemente implicado” en el proyecto. “Para nosotros es una obra muy importante y parece que el Ayuntamiento no se lo está tomando a pecho, debería ser prioridad”, critica.

En Portuarios, el presidente vecinal, Víctor Jesús Vázquez, entiende que negociar que las comunidades costeen parte de las obras podría ser “inasumible” para muchos de sus vecinos. “El palo que mete Hacienda ya es considerable y no me parecería una opción”, explica. Al contrario, él considera que la responsabilidad recae sobre el gobierno local, “que es quien tendría que haber previsto un encarecimiento de los costes”. Hasta ahora, añade, en Portuarios se ha llevado a cabo un tercio de las rehabilitaciones previstas, la primera fase de las tres que se habían previsto en un inicio. “Se hizo la parte alta y llevamos cinco años peleando, pero la cosa no echa a andar. La segunda fase ya tendría que haber empezado hace año y pico y la Alcaldesa, la última vez que vino, nos dijo que no había problemas”, señala. “Estas obras son de gran prioridad, hay que pensar una solución”, completa.

Desde Tremañes, Carmen Fernández, al frente de la asociación “Evaristo Valle”, explica que ya han recibido una notificación del Ayuntamiento para reunirse el próximo martes y poner sobre la mesa cuáles son las opciones reales a las que se enfrentan para rehabilitar el poblado de Inuesa. El incremento de los costes del material ha paralizado las fases 3 y 4 de un proyecto que los residentes esperaban que fuese a comenzar este mismo año. “La cosa se está poniendo difícil. La obra, en realidad, tendría que haber quedado lista hace como dos años”, reconoce. “Lo que sí parece claro es que el dinero previsto no llega y los constructores no quieren comprometerse a nada con las condiciones previstas, y eso va a ser difícil de arreglar”, añade.

Desde Monteana, donde la adjudicataria de la reforma ha informado de que ya no puede cumplir con el presupuesto previsto, el tesorero local Rafael García explica que llevan cinco años esperando por la reforma y que, para ellos, el proyecto tiene “prioridad absoluta”. “Son unas doscientas viviendas afectadas, igual unos 700 vecinos, y el gran problema que tenemos es la falta de ascensores. Hay vecinos mayores que no pueden seguir subiendo cuatro pisos todos los días”, defiende. “Las obras, aunque sean una parte, deberían poder empezar cuanto antes. Las viviendas tienen 50 años y están ya visiblemente deteriorados”, añade.

El plan de barrios degradados había sido el gran proyecto del gobierno forista de Carmen Moriyón, que había prometido unos plazos de obra que ya no pueden llevarse a cabo. Por eso la mayoría de los afectados refieren llevar cinco años peleando por el inicio de sus obras. El plan, en cualquier caso, se le dio hecho al gobierno socialista, pero los presupuestos que se preveían entonces han quedado obsoletos.

El sector de las constructoras, por su parte, señalan que este parón es extrapolable a cualquier ayuntamiento y particular. “Las materias primas han subido una barbaridad y ahí hay poco que se pueda hacer”, razona Álvaro Quiroga, experto del sector en Gijón. “El metro cúbico de maderas para vigas costaba hace no mucho 500 euros y algo y ahora anda por los 1.200. Eso, a gran escala, disparata cualquier presupuesto”, defiende. El otro material encarecido por encima de lo previsto y que parece estar frenando buena parte de los proyectos es el hierro, “que se ha debido de encarecer en un 200 por ciento”. “De aquí a hace un año esta subida se ha notado especialmente y las empresas ya estamos dando avisos de que los presupuestos que damos hoy pueden variar en los próximos meses. No te puedes pillar los dedos con nada. Si te suben el precio del material pactado, poco puedes hacer”, razona. Entiende, por tanto, que este parón podrá afectar a otras obras públicas de la región y a cualquier gran proyecto urbanístico ahora en marcha. “Algunos materiales hacían diez años que no subían, así que las cifras no han pillado por sorpresa”, alega.

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