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Luis Joaquín García | Coordinador de la mesa de salud de los Encuentros de Cabueñes

“Hay que hablar del suicidio juvenil, no puede ser un estigma”

“El segmento poblacional entre los 15 y los 29 años sufrió más emocionalmente la pandemia”

Luis Joaquín García, ayer. | Á. G.

Luis Joaquín García López es catedrático de Psicología en la Universidad de Jaén y responsable de la Red PROEM (Red de Investigación Interdisciplinar para la Promoción de la salud mental y bienestar Emocional en los jóvenes). Coordina el seminario sobre salud emocional y bienestar de los Encuentros Internacionales de Juventud de Cabueñes, que terminan el martes.

–Dejando atrás la pandemia por covid-19, se dice que la siguiente será la de la salud mental, y que los jóvenes son el gran colectivo vulnerable.

–Los datos nos indican que alrededor del 10 por ciento de los jóvenes tienen problemas emocionales. Eso supone que 110 millones de jóvenes de todo el mundo tienen problemas de ansiedad o depresión y, en nuestro país, medio millón. A esos hay que sumar los que están en riesgo, así que en total podrían ser un millón de afectados. Y esto son datos de antes de la pandemia. En “Lancer” justo acaba de publicar esta semana un estudio que dice que estas cuestiones han subido un 25 por ciento en todo el mundo. La pandemia es muy real ya. Ya en el confinamiento la OMS pedía invertir más en salud mental. Ahora mismo los jóvenes son el segmento de edad que mayor impacto emocional ha sufrido por la pandemia.

–¿Y cómo se aborda eso socialmente ante la coletilla de “generación de cristal”?

–Hay que ir superando esas cosas. Yo, de poner un nombre, diría que es la generación de los supervivientes. Viven una situación laboral muy precaria, no pueden conciliar su vida familiar, emanciparse es cada vez más difícil. Sobreviven a esa situación precaria de no hacer lo que quieren hacer, de tener malos trabajos, de no encontrar su lugar en el mundo. Y todo ello en un momento en el que las relaciones sociales se han vuelto tan importantes y cuando muchos jóvenes no han podido despedirse de sus abuelos, que suelen ser una fuente de apoyo muy importante. Todo esto ha tenido una repercusión directa en el suicidio.

–¿Subió mucho el riesgo?

–Un joven al día se suicida en nuestro país. Los últimos datos nos dicen que es la primera causa de muerte externa entre los 15 y los 29 años, por encima de los accidentes de tráfico. Y también por encima de causas no externas, superando a los tumores. Sabiendo esto, yo esperaría que se hablase del suicidio constantemente ahora, pero sigue siendo un gran tabú. Sigue siendo complicado, en la sociedad actual, preguntarle a una persona cómo se encuentra. El suicidio es más prevalente en chicos.

–Comparten menos sus preocupaciones.

–Sí, las chicas sufren más problemas pero tienden a hablar más de ellos, y los chicos se lo callan, buscan menos ayuda.

–¿Qué impacto ha podido tener que sea una generación que creció con los sobreestímulos de internet?

–Se sabe que las redes sociales pueden suponer un factor de riesgo. Es difícil que tú te sientas fatal y veas a tus amigos poner fotos en redes muy sonrientes, así que tú te haces una foto también fantástica y la subes, y parece que todos estáis genial cuando no es así. Engaña.

–¿Se va normalizando hablar de esto?

–Muy poco a poco, queda mucho por delante. Nosotros en PROEM vamos haciendo cosas. Nuestros proyectos “Procare” y “Daremos” formamos para que los jóvenes y sus familias, educadores y sanitarios puedan saber detectar esos factores de riesgo y a fortalecer su salud emocional. No habrá futuro sin jóvenes emocionalmente sanos. Queda mucho trabajo por delante.

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