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La capitalidad exige un programa específico que facilite el desarrollo económico y social

Un comité de expertos hará una primera criba entre las ciudades candidatas, orientando a las finalistas para mejorar sus proyectos

La Feria del Libro de Gijón, en el paseo de Begoña. Ángel González

La candidatura a Capital Europea de la Cultura, cuyos objetivos deben estar en sintonía con el programa Europa Creativa, exige la elaboración específica para la ocasión de un programa cultural con una fuerte dimensión europea y que forme parte de una estrategia a largo plazo de la ciudad, que influya de manera sostenible en su desarrollo económico, cultural y social. También los planes relativos al patrimonio deben estar integrados en una estrategia de política cultural a largo plazo, según la decisión del Parlamento y del Consejo europeos relativas a las capitales europeas de la cultura para los años 2020 a 2033, dentro de los que a España le corresponderá el título en 2031.

España debe abrir a más tardar en 2025 la convocatoria para que se postulen las ciudades que quieran. El proceso de selección lo realiza un comité de expertos independientes, que primero efectuará una criba y hará indicaciones a los finalistas para mejorar sus proyectos. En una segunda fase, la propuesta definitiva, con nuevas recomendaciones a la ciudad elegida.

La creación de lazos entre los sectores cultural y creativo con los sectores de la educación, la investigación, el desarrollo urbano o el turismo cultural es una de las premisas para un título que se otorga en base a varios criterios. Uno es la contribución a la estrategia a largo plazo del programa presentado. En ese sentido, se valorará que ya se esté aplicando una estrategia cultural para la ciudad y los planes para años posteriores a la concesión del título; el desarrollo del vínculo entre el sector cultural, el económico y el social; las repercusiones culturales, sociales y económicas a largo plazo, incluido el desarrollo urbano; los planes de seguimiento y la difusión de la evaluación.

Otro de los criterios es la dimensión europea, incluyendo una estrategia para atraer un amplio público europeo e internacional o colaboraciones con ciudades de otros países (aunque también se tendrá en cuenta la implicación de zonas circundantes).

También se valorará el contenido cultural y artístico, en el que entre otras cosas se incluye la capacidad de combinar el patrimonio cultural local y las formas de arte tradicionales con expresiones culturales innovadoras.

Los expertos tendrán analizarán la capacidad para alcanzar los objetivos, demostrando que la candidatura cuenta con un amplio y firme respaldo político y la existencia de infraestructuras adecuadas para acoger el título.

Otro de los criterios es el trabajo de proximidad, con la implicación de la sociedad civil, el vínculo con la educación y los colegios; y facilitar la participación de jóvenes, voluntarios, discapacitados, mayores, minorías y personas desfavorecidas. Por último se valorará la gestión, desde los nombramientos de director general y director artístico o la estructura de gestión hasta los planes para solicitar fondos europeos.

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