"Sus edificios han dejado marca. Era un profesional impecable". Lo decía ayer la exalcaldesa Paz Fernández Felgueroso a la salida del funeral en el tanatorio de Cabueñes para despedir al arquitecto Mariano Marín Rodríguez–Rivas, fallecido este domingo a los 96 años y considerado una de las figuras claves del modernismo arquitectónico en la ciudad. Era padre del abogado Mariano Marín, exdelegado del Gobierno, exedil, expresidente del PP de Gijón y antiguo responsable del Club Rotary, que se vio ayer arropado por su familia y por decenas de amigos. "Las muestras de cariño han sido innumerables", agradeció.
Acudieron a rendir homenaje al gijonés, entre otros, el comisario jefe de la Policía Nacional, Dámaso Colunga, y Álvaro Alonso, secretario general de la Cámara de Comercio. "Debemos poner en valor el impulso que dio al desarrollo arquitectónico de la ciudad y a la promoción del sector en Gijón en un momento en el que el cuidado del detalle y el talento era menos habitual", agradeció este último. Estuvieron también presentes Esther Morandeira, actual presidenta del Club Rotary de Gijón y cercana amiga del hijo del fallecido. "Todos sus compañeros de profesión lo definen como un referente", destacó. "Fue una persona ilustre, un colegiado importante. Le recuerdo como una persona siempre agradable, muy bien preparada, y sus obras tenían gran dignidad. También tenía mucho sentido del humor", señaló, por su parte, Miguel Casariego, decano del Colegio de Arquitectos de Asturias. Junto a él, estaban otros compañeros del gremio, como José Santana, Sofía Puente, José Ramón Vázquez de Prada, Javier Calzadilla y Cosme Cuenca. También personalidades vinculadas al Partido Popular, como la senadora Mercedes Fernández y la exedil Sofía Cosme.
La ceremonia estuvo oficiada por Celso González, párroco de Deva, que reconoció haberse sentido "sorprendido" tras leer estos días en prensa toda la obra del fallecido, responsable de proyectos como el Club de Tenis y la estación de servicio Mayfer. "Recibió muchos premios por su trabajo y ojalá Dios le premie por ello. Se merece una matrícula de honor", señaló el sacerdote, que consoló a la familia asegurándole que "el edificio del reino de los cielos" le gustará a Marín.
