Gijón se vuelca en la recogida de juguetes para familias vulnerables

Parroquias, vecinos y entidades sociales hacen acopio de muñecos y juegos para estas navidades: «Hay necesidades»

Sergio García

Que nadie se quede sin su juguete. Ese es el objetivo que se marcan muchas de las parroquias, asociaciones vecinales y entidades sociales que operan en Gijón y que no cejan en el empeño de que los más pequeños disfruten de la Navidad, sobre todo los que se encuentran en una situación de vulnerabilidad social. Todas ellas están ahora volcadas en hacer acopio de juguetes para ayudar a los Reyes Magos y a Papá Noel en sus repartos, para hacer frente a un año de «muchas necesidades».

La organización solidaria Expoacción es uno de los colectivos sociales más comprometidos. Al igual que en los últimos años, esta Navidad también ha impulsado una recogida de juguetes, que «se destinarán a familias y niños en situación de vulnerabilidad social», como explica Andrea García, trabajadora social de esta entidad volcada en apoyar a la comunidad ucraniana que ha llegado a Asturias debido a la guerra. «Es una actividad para dar respuesta a las necesidades de los niños y darles una alegría», señala García, que indica que la recogida se extenderá hasta el día 30 de diciembre. Además, se muestra satisfecha con la afluencia que, hasta el momento, ha recibido la sede del colectivo, en la calle Extremadura. «Queremos sensibilizar a la gente», declara Andrea García, que cuenta que los muñecos o las bicicletas son los juguetes que más llegan. «Pueden ser nuevos o usados, pero que estén en buen estado», matiza.

La Fundación por la Acción Social Mar de Niebla, en su caso, cumple una doble función con su iniciativa «Juguetería Solidaria». Por una parte, ofrece una formación a jóvenes, que atienden a las familias en la juguetería en la que opera el colectivo de La Calzada. La otra faceta, no menos relevante, consiste en dibujar sonrisas en las caras de los más pequeños. «Colaboran particulares, asociaciones y empresas», subraya Minerva Sánchez, técnica del proyecto de acompañamiento juvenil «La Ofi» de Mar de Niebla, que remarca las tres claves del programa de la fundación: «formación, reciclaje y compromiso social». Sánchez, además, celebra el ritmo de donaciones, pues «están siendo cuantiosas». Pero reivindica el papel de una actividad que permite que muchas familias «tengan un momento especial en casa».

En esas labores también colabora Gloria Sánchez, una de las jóvenes que participan en una iniciativa con la que se busca «dar salida a todos los juguetes» que acumulan en Mar de Niebla. «Te sientes reconfortada al hacer algo caritativo», sostiene. Minerva Sánchez, que anima a la gente a solidarizarse, incide en la trascendencia de que los objetos donados se hallen en buenas condiciones. «Si no se lo regalarías a un hijo o sobrino... no lo dones», defiende.

Algunas asociaciones vecinales también se vuelcan con el objetivo de «hacer feliz, en la medida de lo posible, a la infancia», como asegura José Miguel Bernardo, presidente de la entidad de Nuevo Roces, que este año colaborará con la Asociación Gitana de Gijón. Bernardo, que reivindica que los juguetes donados deben llegar «limpios y en buen estado», transmite que «la idea no es que la gente vacíe sus trasteros, sino que sea solidario para llevar juguetes a niños que no puedan disponer de ellos». El líder vecinal, que pondera la «implicación» del barrio, espera repetir el «éxito» de las pasadas Navidades con una recogida que se prolongará hasta el 23 de diciembre. «Es una campaña para familias con menos poder adquisitivo», reafirma José Miguel Bernardo, que ensalza la importancia de cooperar con asociaciones que «trabajan para todo Gijón». Asimismo, no olvida el difícil contexto socioeconómico actual y aboga por «una respuesta solidaria que promueva una economía circular». «Hay que dar una nueva vida a los objetos», apunta el líder vecinal.

Tampoco ahorra esfuerzos la ONG Ningún Niño sin Cenar, que desarrolla su particular recogida de juguetes durante todo el año. «Procuramos que los más pequeños disfruten todos los meses y no tengan penurias», remarca Blanca Menéndez, presidenta de una entidad que atiende a más de 3.000 niños de toda la región. Eso sí, Menéndez insiste en que la prioridad es «la comida y la ropa». Bicicletas, patinetes o muñecos de todo tipo atestan las estanterías del colectivo, uno de los muchos que pondrá su granito de arena para que los más pequeños tengan, dentro de las dificultades, la mejor Navidad posible.

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