Isabel la Católica culmina su lavado de cara a la espera del dragado de los dos estanques

La rehabilitación de todas las construcciones del parque y la reparación de las vallas concluyen tras varios meses de trabajos

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Tacita a tacita y con obras de poco montante económico, pero de suma importancia, el parque Isabel la Católica encara la recta final de su plan integral de mejoras tras los últimos trabajos de la primera fase, realizados en el mes de diciembre. Un plan proyectado en 2019, al poco de llegar Ana González a la Alcaldía, y que buscaba darle un lavado de cara al pulmón verde por antonomasia de la ciudad ante la falta de músculo financiero para ejecutar una gran reforma. A algo más de dos millones y medio de euros asciende la inversión del gobierno local en este mandato en el parque. La cifra sale de contar los 450.000 euros puestos encima de la mesa a lo largo del 2021 en los que se incluyen las cantidades para reformar todos los edificios del parque, el millón por el que ha salido a licitación el dragado de los dos estanques y los 1,1 millones que costó convertir la antigua avenida de El Molinón en un nuevo paseo que dotó de otros 12.000 metros cuadrados a un parque, considerado Bien de Interés Cultural y que contaba con algo más de 156.000 metros cuadrados hasta entonces.

Era 20 de junio de 2020, en plena pandemia, cuando la degradación del parque Isabel la Católica alcanzó un punto realmente preocupante. Una niña se cayó a uno de los estanques tras apoyarse en una valla de madera que estaba en tan mal estado y que venció por su propio peso. La alcaldesa, Ana González, reconoció en ese momento tras una oleada de críticas por parte de la oposición que la zona verde necesitaba "una gran reforma", pero que no había dinero para ello. La ciudad y el resto del país se encontraba entonces en plena desescalada tras la primera oleada del coronavirus. Ya había, no obstante, anunciado desde el 2019 el plan de mejoras por poco dinero para hacer mejoras en puntos estratégicos. Un plan que, como tantos otros asuntos, tuvo que posponerse por el estallido del virus.

Ahora, ese plan ya ha culminado y todos los ojos están puesto en el dragado de los dos estanques de Isabel la Católica. Será, sino la mayor, una de las mayores actuaciones que se hayan hecho en el parque en los últimos años. El proyecto acaba de salir a licitación por 998.897,65 y persigue la restauración del sistema hidráulico de las dos masas de agua. El asunto tiene su miga, porque cuando acaben no solo significarán el cumplimiento de los planes del gobierno local para el espacio verde, sino que se enmarcan dentro de la estrategia emprendida por el equipo de Ana González para la mejora de la calidad medioambiental de las aguas del Piles. Un asunto, que aunque se enmarca en otra temática, ha dado no pocos quebraderos de cabeza en el número 1 de la plaza Mayor.

El parque sumó 12.000 metros cuadrados al peatonalizarse la avenida de El Molinón

El origen de los dos estanques está ligado a la construcción del parque allá por 1941 y por ellos discurre el canal de El Molín. El del Oeste tiene 10.603 metros cuadrados y el del Este, más pequeño, 2.502. Los dos han traído numerosos problemas. Su falta de dragado durante los últimos 40 años ha contribuido a que estén llenos de lodo. Y eso no es todo. El fango ha provocado una disminución del calado de las dos lagunas. Están al mínimo. Ello ha favorecido la proliferación de algas, toxinas, malos olores, disminución de oxígeno... y hasta un brote aislado de botulismo. Ya hubo en 2016 un proyecto para la reforma de los estanques que no llegó nunca a realizarse. Quizás de aquellos polvos estos lodos y nunca mejor dicho.

El gobierno local trató en dos ocasiones de lograr fondos europeos para la recuperación de los estanques. No hubo éxito, así que el contrato se asume con fondos de la Empresa Municipal de Aguas (EMA) a la espera de que se pueda abrir otra vía de financiación. La retirada de los lodos se hará utilizando una bomba eléctrica desde una pontona y para las partes más profundas, donde los sedimentos son más gruesos se empleará otra bomba hidráulica acoplada a una retro excavadora anfibia con flotadores. La retirada de lodos se va a ejecutar por fases y la previsión es retirar 8.442 metros cúbicos de barro entre los dos estanques y el citado canal. Luego se construirá una tubería para hacer llega agua limpia al estanque Este desde el canal del Molín. También habrá sistemas de medición de para dos tuberías y una estación automática de medición en el estanque Oeste.

Los trabajos se prolongarán durante medio año y los técnicos dejaron claro que la mejor época para hacerlo era entre octubre y marzo, para no afectar a los procesos de nidificación de las aves. También porque es la época del año en el que menos paseantes hay por el parque, que llega a cerrar incluso en épocas en las que hay temporales. El contrato establece suspensiones totales o parciales entre el 1 de abrir y el 30 de septiembre. Se plantea incluso que las muchas aves que pueblan los estanques sean trasladadas a otra parte de Isabel la Católica, fuera del parque o de un estanque a otro. La riqueza aviar y de flora que hay en todo el entorno es espectacular. Hay contabilizadas 43 especies diferentes de árboles y de arbustos. También hay anguilas y algunas especies catalogadas como invasoras como gambusias, cangrejos rojos y hasta galápagos de Florida. Incluso llegó a ver nutrias.

Las actuaciones en los dos estanques se harán una vez han finalizado en las últimas semanas las obras en los edificios y otras actuaciones en diferentes puntos del parque. La reforma de los edificios no solo era importante porque se encontraban llenos de pintadas sino porque han servido para mejorar algunos elementos muy apreciados por los gijoneses como la pajarera o el palomar. El presupuesto del proyecto se fijó en enero del año pasado en 158.510 euros y se adjudicó a la empresa Ovinorte que comenzó los trabajos por las oficinas. Las mejoras llegaron también al lazareto, el almacén y la pérgola, las oficinas de jardinería, los baños y los vestuarios.

Las obras en el palomar se centraron en el cambio del tejado antiguo, en mal estado y en la reforma de la veleta. La actuación en la pajarera también tuvo su enjundia. Se cambió, entre otras cosas, toda la cubierta y el sistema eléctrico. Todo ello ha contribuido a que en septiembre, con las obras ya terminadas, este elemento luciera como en sus mejores tiempos. Es decir, lleno de visitantes. Cuenta con 40 especies, algunas muy llamativa, alrededor de medio millar de ejemplares que son cuidados con mucho mimo por los operarios municipales. La novedad que se incluyó tras el final del verano fueron las grullas coronadas, cedidas por el Rincón de las Aves de Pravia.

Todas estas actuaciones estaban incluidas en una partida del 2021 cercana a los 450.000 euros. Se hicieron más cosas. A finales de noviembre de 2021 comenzó la retirada de las vallas de los estanques que se encontraban en mal estado y se sustituyeron por otras nuevas. La inversión, en este caso, fue de 30.987 euros. También se realizó una pequeña modificación en el carril bici que discurre por la rotonda soterrada de la avenida de Castilla. Aquello costó 29.000 euros. En 18.415 euros se cifró, por otro lado, el suministro de arbustos.

Sin embargo, uno de los grandes cambios que se han producido en los últimos cuatro años fue la ampliación del parque al absorber lo que antaño fue la avenida de El Molinón. Esta obra tiene su importancia porque ha sido uno de los proyectos estrella del mandato y uno de los pocos que llegó a culminarse por completo. La actuación costó finalmente 1,1 millones de euros se anunció en diciembre de 2019, se adjudicó en noviembre del 2020 y se inauguró en julio del 2021. La EMA, por la vinculación del proyecto a las cercanas obras también terminadas del pozo de tormentas de Hermanos Castro, los adjudicó a la firma New Construction por 969.270. Cantidad que se incrementó ligeramente cuando se decidió ampliar la peatonalización hasta el entorno del estadio rojiblanco.

La integración de la avenida de El Molinón incrementó en 12.000 metros cuadrados Isabel la Católica y de paso sirvió para integrar el "Kilometrín" en el parque, que hace frontera con el Piles. También se perdieron 200 plazas de aparcamiento y se generó una intensa polvareda a nivel político y vecinal al entender que la pérdida del vial de conexión con el estadio iba a generar un caos circulatorio. El espacio es hoy bastante popular entre los ciudadanos y es frecuente ver a deportistas y a gente con sus mascotas.

La larga ristra de actuaciones que se han venido realizando en Isabel la Católica incluyen partidas mínimas para el mantenimiento de algunas estatuas y para la reposición de vegetación y destoconado. También se adjudicaron por 33.145 euros para arreglar las vallas metálicas del parque infantil de tráfico. Esta icónica instalación data de 1964, se reformó en 1998 y el año pasado la alcaldesa, Ana González, anunció su traslado al parque Hermanos Castro para ampliarlo, que quedó en el limbo. Se hablo de ello en agosto, en el inicio del proceso para forzar primarias en el PSOE local.

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