El Arzobispo ensalza la "valía intelectual y humana" del cura de Turón

Sanz Montes arropó a los feligreses tras la muerte de Álvarez Moro: "Era una persona muy querida; esta pérdida nos empobrece y nos deja heridos"

Sanz Montes, ayer, durante la misa en la iglesia de Turón. | D. M.

Sanz Montes, ayer, durante la misa en la iglesia de Turón. | D. M. / David Montañés

La iglesia de Turón se llenó por segundo día consecutivo para recordar a su cura ausente, Enrique Álvarez Moro, fallecido el viernes en accidente de tráfico camino de Gijón para el funeral de José Manuel Álvarez, "Peque". Los feligreses rezaron el sábado en soledad por el muy querido y aún joven párroco gijonés, de 41 años. Ayer contaron con la compañía de la más alta representación de la comunidad eclesiástica asturiana. El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, se desplazó a Turón para oficiar una misa por "Kike", apelativo con el que cariñosamente se refirió al que para muchos no dejará nunca de ser don Enrique. Tenían una relación estrecha.

"He pensado que tenía que estar hoy aquí, con una comunidad que, de alguna manera, ha quedado huérfana. Quería darles un abrazo y estar con ellos, para que sientan la cercanía del obispo. Y es que Kike era una persona muy querida que, al mismo tiempo, supo querer a su gente", apuntó conmovido Sanz Montes poco antes de subirse al presbiterio. Una vez en él, se dirigió a los feligreses, por momentos, con la voz entrecortada: "Le doy vueltas, pero no se puede explicar lo que no tiene explicación. Hay un misterio que nos desborda y que no está en nuestras manos. Esta pérdida nos empobrece y nos deja heridos, pero sabemos que todos somos peregrinos de esa meta a la que él ya ha llegado. A nuestro modo de ver demasiado anticipadamente".

Como ya sucedió en el improvisado encuentro del sábado, ayer hubo muchas lágrimas en el templo de San Martín. La parroquia, a la que Álvarez Moro llegó en 2018, tardará en recuperarse del golpe. "Estamos todos conmovidos. Tenemos rutinas cada día y damos por descontado que las cosas son según marca la agenda, pero hay cosas que son imprevisibles", reconoció el Arzobispo, que regresará esta tarde a Turón para oficiar el funeral, a partir de las cuatro.

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