El gran éxito nacional de los minikiwis cultivados en Gijón

La asturiana Cristina Secades gana con su plantación ecológica, basada en la economía circular y con energías renovables, la IV Edición de un galardón que contó con 90 candidaturas

Cristina Secades, en su plantación, en una imagen de archivo. | Miki López

Cristina Secades, en su plantación, en una imagen de archivo. | Miki López / Ana Paz Paredes

El emprendimiento rural femenino en Asturias está de enhorabuena. La productora en ecológico de minikiwis Cristina Secades, que tiene su plantación en Los Bayos, en la parroquia gijonesa de Cenero, fue reconocida ayer en Madrid con el premio nacional del programa TalentA. Un galardón que va por su cuarta edición y que puso en marcha la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales de España (Fademur) y la compañía agrícola Corteva, y al que en esta edición se presentaron 90 candidaturas de todo el país.

El galardón, creado para empoderar a las mujeres del ámbito rural, se le concedió a la productora asturiana por su empresa Kiwín Bio, destacando que es "productora en ecológico de minikiwis, utilizando cajas biodegradables, con un proceso de producción que se basa en la economía circular, utilizando energías renovables y un sistema de venta sin refrigeración, basado en sistemas cortos de venta. Cristina cuenta ya con varios reconocimientos por la innovación y dedicación de su proyecto como empresaria rural", señala el fallo.

La directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Isabel Bombay, resaltó en la entrega del galardón "la importancia de contar con iniciativas públicas y privadas conjuntas, en definitiva, ir de la mano con iniciativas reales como el programa TalentA para las mujeres del mundo rural". Además de la ilusión y del reconocimiento nacional, Cristina Secades recibe con este premio 8.000 euros para seguir impulsado su iniciativa, junto con formación y asesoramiento para afianzar aún más su negocio. El acto contó también con participación de Teresa López, presidenta de Fademur; Manuel Melgarejo, presidente de Corteva, para España y Portugal, y Manuela Díaz, en representación de la Cátedra Corteva, esta última creada en colaboración con la Universidad de Sevilla.

Manuela Díaz, coordinadora de la cátedra Corteva; Manuel Melgarejo, presidente de Corteva; Isabel Bombay, directora general de Desarrollo Rural del  Ministerio de Agricultura; Teresa López, presidenta de Fademur, y las premiadas Natalia Escaño, Andrea Arias, Laila Ribes y Cristina Secades.

Manuela Díaz, coordinadora de la cátedra Corteva; Manuel Melgarejo, presidente de Corteva; Isabel Bombay, directora general de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura; Teresa López, presidenta de Fademur, y las premiadas Natalia Escaño, Andrea Arias, Laila Ribes y Cristina Secades. / Ana Paz Paredes

"Éramos tres finalistas en la categoría general y no me lo esperaba. Y eso que yo creo mucho en mi proyecto; aun siendo una finca pequeña tiene unos valores muy importantes para mí, y prima que la calidad está por encima de la cantidad", explicó la feliz ganadora, que ha ido completado su plantación con "manzanos que voy recuperando y plantando. Este año por fin pude instalar en mi propia finca el almacén y el obrador, con energía solar al cien por cien para todo. En el obrador elaboro mermelada de manzana y también manzana deshidratada con fruta de variedades asturianas de sidra. En este último caso el mío es el primer obrador que lo hace en la región", cuenta esta infatigable emprendedora, licenciada en Ingeniería Técnica Forestal que, desde el principio, siempre estuvo segura de la decisión que tomó cuando decidió convertirse en agricultora ecológica. Lo hizo inspirada por su abuela, "con quien pasaba los veranos de mi infancia". Pero sin olvidarse de "mi padre, quien hace más de 40 años plantó los manzanos", recuerda.

Sobre el premio recogido, Cristina Secades confiesa sentirse muy feliz: "Es una inyección de moral y de ánimo al trabajo que llevo haciendo tanto tiempo. Estoy muy agradecida tanto a Fademur como a Corteva por seguir apostando por proyectos pequeños de mujeres en el medio rural", afirmó la emprendedora, que le quiso dedicar el premio –además de a sus padres y a la gente que la apoya– también "a todas las mujeres campesinas y a todas las personas que trabajan en Asturias por que siga siendo un paraíso natural".

Con la asturiana fueron finalistas Laila Ribes, de Ibiza, con un proyecto denominado Sánima Herbs, basado en la producción de plantas aromáticas y medicinales, y la orensana Andrea Arias, por A Santa Viña, una iniciativa basada en la elaboración del primer vino tostado de garnacha tintorera. La cátedra Corteva fue para Natalia Escaño, por su proyecto Lana Merimorena, que tiene como objetivo transformar lana con un proyecto integral.

Los cuatro proyectos contarán con acceso a la lanzadera de emprendedoras rurales y asesoramiento empresarial continuo durante todo el año, así como una campaña de difusión y visibilidad.

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