Luto en el tejido social de Gijón por la muerte de José María Mori, impulsor de la asociación "Una ciudad para todos"

"Siempre tuvo una visión muy avanzada", afirman desde esta entidad que se centró en la inclusión de personas con discapacidad y el chabolismo

José María Mori.

José María Mori. / MARCOS LEON

I. Peláez

I. Peláez

El tejido asociativo de toda la región se tiñó de luto este martes por el fallecimiento a los 86 años de José María Mori Montero, fundador y presidente durante casi tres décadas de "Una ciudad para todos", una entidad pionera que nació en Gijón con el objetivo de erradicar el chabolismo y que siempre supo reinventarse para dar respuesta a las necesidades de la sociedad. "Siempre fue el motor de la asociación, con una visión muy social y avanzada y un carácter perseverante y luchador", reconocía Arancha Martínez Caso, sucesora en la presidencia de esta entidad galardonada con la medalla de Plata de Asturias y de Oro de Gijón.

Mori Montero, nacido en Gijón en 1936 y segundo de ocho hermanos, estudió Comercio y su vida laboral siempre estuvo enfocada a la gestión de ventas. Pero fue la parte social la que llenó sus días durante más tiempo. De hecho, "hasta hace solo un año seguía muy activo y colaborando en todo lo que podía con nosotros", recordaba Martínez Caso sobre su predecesor, una persona "que, si se planteaba una meta no paraba hasta conseguirla". "Involucraba a quien hiciera falta, llamaba a todas las puertas porque siempre fue quien tiró del carro", añadía.

La labor social que desarrolló José María Mori comenzó a gestarse en 1971 y con el objetivo de atender a las personas que de aquella todavía vivían en chabolas. Surgió así, de la mano de César Espada, la asociación "Gijón, una ciudad para todos", que, con el paso de los años, fue ampliando sus horizontes de acción a toda la región. Mori, junto a Espada y Manolo Ponga y Juana María Esparta fueron sus primeros impulsores. "Siempre fue un referente en el tejido social de la ciudad. Un emprendedor que tenía mucha visión para buscar los medios necesarios para lograr su objetivo", analizaba Carlos Aller, gerente de "Una ciudad para todos".

La entidad se supo reinventar cuando el chabolismo empezó a ser también una prioridad para el Ayuntamiento y desde "Una ciudad para todos" apostaron por la integración de personas adultas con minusvalía, especialmente con discapacidad mental. "Fue él quien lideró la transformación del trabajo colectivo. Era una persona de carácter y luchadora y eso hizo que la asociación tirase siempre para adelante", destacaba Carlos Aller.

Mori, apasionado del montañismo y de la charla con gente de campo, siempre defendió el trabajo en equipo, consciente de que "la suma de voluntades" hacía posible lo importante. "Si se pusiera todo el viento en una dirección, ¡qué fuerza se conseguiría!", reflexionaba el propio José María Mori en una entrevista en LA NUEVA ESPAÑA hace dos décadas. Fue esa la mentalidad con la que asumió la presidencia en tres periodos distintos, de 1975 a 1980, de 1983 a 1987 de 1999 a 2017. Fueron años de muchos viajes para conocer cómo se enfrentaban a los problemas en otros sitios y poder así ponerlo en marcha en su región. "Siempre fue un adelantado a lo que se hacía en cada momento", coincidían sus allegados.

Los restos mortales de Mori, padre de Clara, Covadonga y José María, descansan en el tanatorio de Jardín del Lauredal, donde mañana sus restos mortales serán incinerados en la intimidad familiar.

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