Entrevista | Bruno Estrada López Economista y escritor, presentó su libro en Gijón

"En 1968 se generó un desborde democrático y una terrible reacción del poder"

"La televisión y Vietnam fueron factores para que los movimientos sociales se dieran a la vez"

Borja Estrada, ayer, con su libro, en la Escuela de Comercio.

Borja Estrada, ayer, con su libro, en la Escuela de Comercio. / ATHENEA EUGON

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Bruno Estrada López (Madrid, 1964) es economista y coordinador de la secretaría general de Comisiones Obrera. Es autor de varios libros y ayer presentó en Gijón de la mano de la Sociedad Cultural Gijonesa en la antigua Escuela de Comercio «1968. El año de las revoluciones rotas», que mezcla ficción y ensayo político.

–¿Cómo cuenta el año 1968?

–He intentado contarlo desde dentro. El libro no es una reflexión años después, sino que me he metido en personajes que vivieron esos años. Menos uno, todos son reales. Cuento la vivencia de 1968, que fue un año de desborde democrático tanto en los países capitalistas como en los del socialismo real. Fue un desborde de movimientos sociales y generó una reacción terrible por parte del poder.

–¿Esos movimientos tienen unos ideales difíciles de cumplir?

–Con este libro quería llamar la atención sobre eso. En los procesos de movilización social se cree que se puede alcanzar la luna y a veces no se tiene en cuenta que el poder, los privilegiados, son conscientes de que límites no están dispuestos a que se pasen y reaccionen. En un proceso de cuestionamiento del poder lo que se produce muchas veces es que lo que consigues no parece suficiente aunque haya sido mucho. Pasó en el Mayo francés con la izquierda, que se dividió y perdió estrepitosamente frente a la derecha.

–¿Le recuerda al 15M?

–Hay cierta similitud. Después del 15M no se era consciente de la reacción que podía generar ese movimiento. En España ha habido policía pública que ha perseguido a diputados y ministros y que no están encausados. Eso es una realidad y una reacción terrible del poder a ese desborde democrático que sucedió en el 15M.

–En el libro plantea que el Mayo francés no era solo un movimiento estudiantil.

–Junto al movimiento estudiantil hubo un movimiento obrero enorme. Fue la huelga general más grande desde la Segunda Guerra Mundial. Se lograron grandes avances aunque para una parte no fue suficiente.

–El libro analiza movimientos de otros lugares.

–Sí, no solo es Francia. Es Estados Unidos, Reino Unido, China, Alemania... En general, hubo un desborde democrático en muchas sociedades que tras la guerra habían establecido unas pautas de funcionamiento que quedaron antiguas. Una nueva generación que llega a la política quiso romperlas. En Estados Unidos pasó la movilización contra la guerra de Vietnam, pero en México hubo una gran movilización y estuvo la matanza de la Plaza de las Tres Culturas. Quizás no hay correlación para que todo esté unido, pero sí una simultaneidad que da entender que había cierto hartazgo con lo construido hasta la fecha.

–Algún factor habrá que lo explique.

–Vietnam fue un hilo clave. Los jóvenes estudiantes de Francia leen los periódicos y lo que pasa ahí. Las primeras movilizaciones en el país tienen que ver con la lucha antiimperialista. En Estados Unidos no se llegó a ese nivel, pero hubo una contestación enorme a una guerra muy larga con el establishment diciendo que todo estaba controlado. Los demócratas estaban en el poder y son los jóvenes demócratas los que plantearon una alternativa. Consiguieron que Lyndon B. Johnson no se presentara a la reelección. Se presentó Bob Kennedy, que fue asesinado tras ganar las primarias. También fue asesinado Martin Luther King. Es decir, se cuestionaron elementos clave del establishment americano y cuando se pasaron los límites hubo una fuerte reacción. ¿Qué une todo eso se lo que estoy hablando? La importancia de medios de comunicación y de la televisión como elemento global y en muchos casos los periódicos. 

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