Gijón se deja conquistar por las luces de Navidad: "Es un día de ilusión y todo está muy guapo"

Miles de ciudadanos desafían a la lluvia y el frío para recorrer plazas y calles y disfrutar de las novedades de la decoración: "Es la época más especial del año"

El alumnado del colegio Rey Pelayo protagoniza el encendido oficial para dar la bienvenida a las fiestas: "Ojalá se cumpla el deseo de volver a nuestro centro"

Cinco minutos antes de las seis de la tarde, muchos paraguas se alzaron al cielo. Parecía que la bienvenida oficial a la Navidad estaría pasada por agua. Para fortuna y comodidad de los presentes en la plaza Mayor, hubo una tregua. Los alumnos del colegio Rey Pelayo, ataviados con sus gorritos de Papá Noel, se colocaron junto al gran árbol que engalana este año el ágora gijonesa. Una cuenta atrás dio paso al momento cubre, el de accionar el botón que activara la iluminación. El suspense se apoderó de la escena. El pequeño Ian López, de 4 años, tardó unos segundos en reaccionar. Había muchas miradas puestas en él. Con la ayuda de sus compañeros, López pulsó el interruptor y se hizo la luz.

Pilar Álvarez, directora del colegio, aplaudía. Era un día especial para la comunidad educativa, teniendo en cuenta que el alumnado lleva alejado del centro casi un año por un derrumbe en el suelo de un aula. «Nuestro deseo de hoy es volver a nuestro cole, a ver si se cumple», señaló Pilar Álvarez. El nerviosismo cundía por la mañana entre los escolares. «Estaban preocupados por si llovía», afirmó la directora del Rey Pelayo, expectante para ver con los críos la decoración festiva de este año. «Lo que he visto está muy chulo, ahora a ver las luces con los niños», declaró.

El Coro Joven de Gijón, resguardado en los soportales de la plaza Mayor, puso la nota musical a la cita. Como no podía ser de otra manera, sonó el «All I want for Christmas is you», un clásico. A escasos metros bailaban Vanesa Rial y su amiga Lara Rodríguez, con sus diademas navideñas. Nicolás García, de apenas año y medio de edad, flipaba con el ambiente. «Siempre me emociono», confesaba Vanesa Rial. Para ella, la jornada de ayer tenía un significado claro. «Es un día de ilusión y todo está muy guapo», aseguró Rial, que puso una leve pega. «Hay demasiados villancicos en inglés», bromeaba. La plaza Mayor solo era el punto de partida antes de explorar el brillo de otros espacios del centro de la ciudad.

Así es la iluminación navideña de Gijón

Sergio García / Ángel González

Por cercanía, Campo Valdés fue el lugar elegido por muchos para realizar su siguiente parada en la ruta. El nacimiento ubicado junto a la iglesia de San Pedro causaba sensación. La familia formada por Adrián Fernández, Andrea Vila y sus hijos Enol y Lucas daba fe de ello. «Está muy guay, nos ha gustado mucho», proclamó Andrea Vila. La Navidad es una época marcada en rojo en el calendario. «Somos muy frikis. Nunca nos perdemos el encendido», decía Vila. Tocaba improvisar un poco para dilucidar las próximas estaciones del trayecto. «Iremos a la estrellona del Náutico, luego por Begoña...», aseveraba Adrián Fernández. La caminata, ayer, era totalmente asumible. Enol es un apasionado de las fiestas por «la decoración, Papá Noel y los Reyes Magos».

Las «letronas» de Campo Valdés también tenía su público fiel. A su vera se hacían un selfi Gloria Martín y Ramón Gómez, que llegaron ayer a la ciudad procedentes de Salamanca para pasar el fin de semana. Descubrir Gijón iluminado fue una auténtica sorpresa para ambos. «Tengo un sobrino viviendo aquí, pero nos hemos enterado hoy», admitía Gloria Martín. «Está todo muy bonito y es muy interesante visitarlo», añadió Ramón Gómez. El matrimonio nunca había pisado el concejo en estas fechas del año. Son más de verano. «Toca descubrir el Gijón de invierno», subrayaba Gómez.

Los Jardines del Náutico fue uno de los sitios más transitados durante la tarde-noche. El motivo era evidente, el resplandor de la célebre «estrellona», que cautivó, por ejemplo, a Macarena Rivero y a su hijo Diego Tejerina, de 7 años. No es habitual que sus agendas les permitan asistir al día del encendido, por lo que ayer había que aprovechar la oportunidad. «El Coro estuvo fenomenal, impresionante. Nos pusimos a cantar y todo», manifestó Rivero. A Diego Tejerina el despliegue lumínico y visual de la «estrellona» le fascinaba, aunque ya tiene la mira en Papá Noel y los Reyes Magos. «Lo que más me gusta de la Navidad son los regalos», indicaba con decisión. «Esperamos que la decoración nos sorprenda», afirmó Macarena Rivero, que incluso ejerció de fotógrafa improvisada por la petición de un grupo de amigos, que posaron sonrientes bajo la estrella de Oriente que llena de luz el Náutico.

«Teníamos ya muchas ganas de pasear con las luces encendidas», sostenía Ana Merás, secundada por sus hijos Pablo y Diego Aladro. Isabel Muslera recorrió las calles y plazas también con sus hijos, Mario y Pablo Rodríguez. «No veníamos hacia la ‘estrellona’, pero al verla nos acercamos», afirmó Muslera, para la que ayer arrancó «la época más especial del año». Por su energía, los críos dieron la razón a sus madres, que apoyaban sin dudarlo la instalación del árbol navideño en el centro de la plaza Mayor. Mejor eso que una farola, cuchicheaban. «Es un día genial. Llevábamos unos cuantos días viniendo a ver la ‘estrellona’ pese a estar apagada porque a los niños les encanta», resaltó Laura Suárez, madre de Sofía y Guille de la Peña.

En el entorno de la plaza del Instituto (conocida popularmente como el Parchís), los renos recreados llamaron la atención de varias generaciones. Carmen Cuentos acompañó a su hija Patricia Torre y a su nieta Carla Díaz, que el pasado 17 de noviembre cumplió apenas un añito. «Está mejor que el año pasado. Se ve que empieza a haber ambiente navideño», aseveró Torre sobre la decoración. «La abuela siempre con la nieta», decía Carmen Cuentos, que se sumó a la opinión de que Gijón estaba ayer «muy bonito».

En el paseo de Begoña, Aarón y Set Pérez, hermanos, observaban con detalle la fachada del teatro Jovellanos y las siluetas de Sus Majestades Gaspar, Melchor y Baltasar. «La decoración da mucha vida», comentaba Set Pérez. Sus hijos Emma y Gael ya estaban ansiosos por avanzar en su trayecto para asombrarse con cada adorno. El trajín también fue constante en la plazuela de San Miguel o la plaza del Marqués. En total, la ciudad brinda 736 arcos decorados, 215 motivos en farolas y 116 elementos en tres dimensiones, todo repartido en 204 ubicaciones. Los gijoneses tienen dónde escoger para meterse de lleno en una Navidad que ya deslumbra.

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La Navidad no solo llegó a Gijón en forma de luces, sino también de atracciones. Coincidiendo con el alumbrado, la pista de hielo de «el solarón» acogió ayer a sus primeros patinadores. También están ya abiertas el resto de atracciones, que son la montaña de nieve, el tren infantil y los trineos voladores. Todas ellas estarán abiertas en el parque del Tren de la Libertad hasta después de la llegada de los Reyes Magos. Cierran el 7 de enero. Por otro lado, lo que también está cerca ya de comenzar es la Ruta de Belenes que todos los años impulsa la Asociación Belenista de Gijón. Se espera que se puedan visitar a mediados de mes. Para este año, hay ocho puntos repartidos por toda la ciudad. Los Belenes están en el Antiguo Instituto, San Pedro, expendeduría número 15 (en Magnus Blikstad), iglesia de San Lorenzo, colegio Inmaculada, Los Frenos y en el de El Corte Inglés, que se inaugura esta tarde.

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