El intercambiador de El Humedal aviva el temor de "renunciar" a la intermodal

Los profesionales del transporte cargan contra el proyecto, un "parche" que generará congestión

"Es innecesario", dice la federación vecinal

Es un proyecto, el del intercambiador de El Humedal para centralizar la red de autobuses, que levanta ampollas en la ciudad. Que su ejecución esté a la vuelta de la esquina aviva el debate, con opiniones más en contra que favorables. Lo que es unánime es el miedo a que esta obra, presupuestada desde el Principado con 3,4 millones de euros, sea un "parche" que, al final, suponga decir adiós a la apuesta por la ansiada estación intermodal que aúne todos los medios de transporte de la ciudad, el principal resultado de un plan de vías que afronta una etapa clave con la redacción del proyecto ya en marcha.

El proyecto con financiación europea está contemplado que se licite a principios de 2024 y deberá estar concluida en 2025 para cumplir las condiciones de esa ayuda. Está a la vuelta de la esquina. Entre los vecinos, no convence esta actuación que reordenará el espacio en cinco áreas de parada identificadas por colores, con 190 metros de marquesinas para esperar el autobús, tal como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. Desde la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV), esperan que se abra un periodo de consulta para contar con el sentir vecinal, a pesar de que el margen de maniobra es escaso. "Va siendo hora de que opinemos de las grandes obras de Gijón", exige su presidente, Manuel Cañete sobre un proyecto que, según vienen reivindicando desde hace tiempo "es una obra innecesaria que no acabamos de entender".

A su parecer, en la estación intermodal es "donde debería concentrarse toda la movilidad motorizada y teme que lo proyectado en El Humedal sea "renunciar" a este planteamiento. Para la FAV, es necesario sacar la estación de autobuses del centro por el "ruido y la contaminación" que sufren los vecinos de la zona con una "solución integral en Moreda". Tampoco convence del todo el modelo de marquesinas: "En el caso de que al final sea para largas esperas, a la intemperie no se está cómodo. Gijón debe exigir al Principado que determine claramente si habrá estación intermodal de autobuses o no. En base a eso, dependerá la solución final".

Tanto el Ayuntamiento como el Principado hablan de "respeto institucional", pero la realidad es que se respira cierta tensión. Hay que tener en cuenta que Foro se mostró contrario a este proyecto en la oposición, aunque ahora su discurso se ha suavizado desde el gobierno. El consejero de Fomento, Alejandro Calvo, aseguró que se están "ajustando algunas cuestiones de detalle para que el Ayuntamiento de alguna manera dé el visto bueno", mientras que en el Consistorio se está trabajando en esos informes como réplica para mandarlos al Principado "en el corto plazo". "Si no es una estación, sino una parada de paso, ¿para qué se quieren 190 metros de marquesinas? Lo importante era haber hecho la estación donde estaba, en Moreda, y en función de las necesidades el intercambiador", defendió el concejal de Tráfico, Pelayo Barcia, en una entrevista concedida a este periódico.

Con cierto recelo desde la zona rural, el presidente de "Les Caseríes", Miguel Llanos, lamenta que "nadie nos ha explicado el proyecto". "Los que vivimos en el entorno periurbano. tenemos que llegar a la zona urbana con calidad y garantías. No tiene sentido alguno un intercambiador si no se establecen una serie de aparcamientos disuasorios con autobuses lanzadera para los usuarios", analiza. Precisamente, otra preocupación es el tráfico y el estacionamiento. Sobre todo, más allá de los vecinos, para los transportistas. Porque todo lo que sea modificar la circulación les afecta, aunque el proyecto sea para autobuses de viajeros. "Es un intento de paliar la deuda de la estación intermodal. Una especie de parche. El problema es que, en esta ciudad, muchas veces se convierten en definitivos. No es la fórmula; tiene que ir unida al ferrocarril", sentencia Ovidio de la Roza, presidente de la Asociación de Empresarios del Transporte y Aparcamientos de Asturias (ASETRA). Y remata: "Va a crear un problema de movilidad en la entrada y salida de Gijón. La distribución de última milla puede sufrir un problema de congestión".

Otros involucrados por su uso en el entorno: los ciclistas. Hay disparidad de opiniones. "Favorecer el transporte público es muy deseable, pero este proyecto es una verdadera aberración. Se hace completamente a costa del espacio peatonal efectivo y no se resta ni un metro a los coches. Y se vuelve a remodelar, otra vez, esta zona sin crear itinerarios ciclistas apropiados que conecten el carril bici de la Avenida de la Constitución con el centro de la ciudad", apunta Carlos Rodríguez, creador de la plataforma "30 días en Bici". En cambio, Rafa Fernández, vicepresidente de "Asturies Conbici", aboga por "centralizar el uso del transporte público" "en un gran campo donde impera el coche" como El Humedal. "El problema de la estación intermodal es que estará alejada de la ciudad. Ambos proyectos son combinables", añade. Otra voz más, la de los taxistas. "Parece que este proyecto respeta las dimensiones de la parada, que es una de las más importantes. Para nosotros no es un gran cambio. Lo importante es que se reordene adecuadamente el tráfico", opina Iván Velasco, presidente de la Federación Asturiana Sindical del Taxi. Añade un matiz importante: "Quiero creer que no será un parche. Puede ser una mejora, pero sin renunciar a la estación intermodal".

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