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Edificio de la Lavandería de Hospital de Cabueñes.Marcos León

La familia de la trabajadora herida en Cabueñes al caerle un saco de 50 kilos de ropa encima: "No mueve ni los brazos, ni las piernas"

Encarnación Vaquero ingresa en el HUCA, con lesiones medulares, tras el grave accidente sufrido

"No es la primera vez que cae un saco", afirman empleados

María Encarnación Vaquero González, la trabajadora de la lavandería del Hospital de Cabueñes que hace dos días sufrió un grave accidente al caerle encima un saco de ropa sucia de unos 50 kilos, fue ayer traslada de urgencia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) desde el centro médico gijonés con graves lesiones medulares. Según explicó ayer su pareja, Marco Antonio Valdés, la mujer, de 59 años, padece un gran edema en la médula espinal y una fractura en la tercera vértebra de la espalda que, de momento, la ha dejado sin movilidad en piernas y brazos. Dentro de la extrema gravedad de su estado, la buena noticia es que la víctima «no tiene la médula pinzada», lo que deja abierta alguna posibilidad de mejoría. «Nos aferramos a un hilo de esperanza. Llevaba años avisando de que algo así podía pasar», lamentó Valdés. 

Las autoridades ya han empezado a tomar declaración a los testigos y la junta de personal del Hospital de Cabueñes mantuvo ayer una reunión de urgencia para abordar el caso. «Habrá una amplia investigación», afirmaron las fuentes consultadas. El accidente, desvelado por LA NUEVA ESPAÑA, tuvo lugar a las doce del mediodía del miércoles. María Encarnación Vaquero, que lleva algo más de 20 años trabajando en la lavandería del hospital, se encontraba cumpliendo con su jornada laboral cuando un saco con ropa sucia se le vino encima. Estos sacos bajan a la instalación atados a una cadena y en cintas transportadoras y se desplomó, por causas que se investigan. 

El impacto fue severo y la mujer fue atendida en un primer momento por sus compañeros y los sanitarios del propio complejo gijonés. La trabajadora ingresó en Urgencias consciente y su pareja pudo hablar un rato con ella, sobre las dos de la tarde, antes de que la intubasen. «Los médicos ya me advirtieron de que la situación era muy grave», explicó Marco Antonio Valdés. «Ella estaba completamente consciente y hasta me pidió que le cogiera el bolso. Creo que no sabía muy bien qué había pasado», añadió la pareja, muy afectado. La víctima fue trasladada ayer al HUCA donde se encuentra la unidad de referencia de lesiones medulares. Pasó la práctica totalidad de la jornada de ayer sedada, pero a última hora de la tarde la despertaron y pudo conversar con su hija. 

Su pareja concretó que tiene un gran edema en la médula espinal y una fractura en una vértebra. «No puede mover ni los brazos, ni los pies. Ahora mismo está completamente tetrapléjica», contó. «Puede pasar cualquier cosa, pero tenemos un hilo de esperanza, porque la médula está libre. De no haber sido así estaríamos hablando de funeral», apostilló. «A lo mejor puede curarse por sí misma, pero ahora tenemos que ir día a día. Ella es una mujer buenísima, muy querida por todos y con mucha experiencia en su trabajo. Se encargaba de controlar el ordenador», concretó. 

Como manda el protocolo, varios agentes de la Policía Nacional se personaron en la tarde del miércoles en el Hospital de Cabueñes, cuando recibieron el aviso. El hospital también está investigando el caso. De hecho, ayer ya se tomó declaración a los testigos del incidente para barajar posibles hipótesis que expliquen lo ocurrido. Lo que denuncia Valdés, por su parte, es que su pareja ya había comentado varias veces «que algo así podía pasar». «Llevaba años avisando de este tema . Decía que como algún día cayera un saco iba a desgraciar a alguien, y fíjate, le ha tenido que pasar a ella», aseguró. «Mandó informes a su sindicato y protestas. No había buen mantenimiento», abundó Valdés. Encarnación Vaquero, natural de Avilés, aunque afincada en Gijón desde siempre, tiene una hija y una nieta. 

Otros accidentes

La junta de personal, que agrupa a los sindicatos del hospital, se reunió ayer de urgencia con la jefatura del complejo. La jornada se saldó con una explicación breve de lo sucedido. La jefatura se mostró visiblemente afectada por lo ocurrido y acordaron con la junta de personal mantener informadas a todas las partes de los avances que se vayan dando. La idea es abordar una investigación «amplia» que aclare lo sucedido, y se espera que sea un trabajo conjunto entre el propio hospital y el servicio de prevención. «Nos han dicho que se están buscando soluciones a la mayor brevedad. Somos conscientes de que es un momento muy delicado» señalaron ayer desde la junta. 

El personal, por su parte, estaba ayer conmocionado. «No es la primera vez que se cae un saco, y eso hay que analizarlo, pero que caiga justo sobre una trabajadora y en el punto exacto donde lo hizo es extraño», señalaba ayer una trabajadora que conoce el entorno de la lavandería. Por su parte, una extrabajadora de este mismo servicio manifestó ayer haber sufrido otro accidente en diciembre de 2021 relacionado con un saco. Terminó con graves lesiones en un hombro. Varios empleados de Cabueñes matizaron también que en la lavandería y en la cocina la inmensa mayorías de quejas no quedan registradas por escrito y que, al no ser gremios sanitarios, la movilización de sus plantillas es más complicada. «Se trabaja muchísimo en ambos sitios», garantizaron.

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