Una "vía gijonesa" para el futuro cultural

Gijón aspira a relanzar un modelo propio, de vanguardia y por barrios, con Tabacalera en el "corazón" de un proyecto "valiente y ambicioso" que busca adentrarse en el circuito europeo de la cultura

Vista del interior de Tabacalera durante una visita guiada el pasado 3 de febrero.

Vista del interior de Tabacalera durante una visita guiada el pasado 3 de febrero. / Marcos León

El cambio en el plan de usos de Tabacalera que Foro ya había propuesto en campaña y que formalizó en sus primeros meses en el gobierno para que la vieja fábrica sea un gran complejo expositivo ha dado lugar a lo que ahora se bautiza como la "vía de Gijón" y que aspira a relanzar un modelo cultural propio, de vanguardia y por barrios, para que la ciudad se adentre en el circuito cultural europeo. La alcaldesa, Carmen Moriyón, aprovechó el evento organizado el pasado martes por LA NUEVA ESPAÑA de Gijón en el marco de los actos por su 30.º aniversario, para anunciar este nuevo modelo. Una "vía gijonesa" que aglutina ahora los avances que el gobierno local ya había ido adelantado en los últimos meses y que lanza, sobre todo, una declaración de intenciones para las próximas décadas.

Por ahora, la "vía de Gijón" se concreta con un nuevo acelerón en la tramitación de Tabacalera, que fichará una dirección artística para crear con tiempo su propia programación, y con una batería de obras de mantenimiento para frenar el deterioro de los museos municipales. Pero el marco, esta nueva vía, pone los ojos en el futuro. Moriyón usó expresiones como "tener valentía", "pensar en grande", "ser ambiciosos". Y habló del potencial de la ciudad para ser "referente en Asturias, España y Europa". Palabras mayores para un proyecto que sitúa ya en Tabacalera su "corazón", pero que también oficializa –así lo señaló Moriyón en el acto de LA NUEVA ESPAÑA, que congregó a un centenar de personas del sector cultural en el Real Club Astur de Regatas– los dos ejes culturales en los que el bipartito también venía trabajando desde su entrada al gobierno.

El eje de ciudad se traza ahora del norte a sur, con Tabacalera como centro y con dos nuevos proyectos: la residencia artística que ya funciona en Contrueces, en el antiguo Palacio de San Andrés de Cornellana, y en los viejos depósitos de Roces, pendientes de rediseñarse como un nuevo espacio creativo y de exposición. La idea, más allá de completar un "reparto" de la cultura local en una zona hasta ahora apartada del circuito –las alas, con complejos como Laboral Centro de Arte al este y la Campa Torres al oeste, se consideran ya, al menos por ahora cubiertas–, busca cubrir los huecos que había dejado el cambio en Tabacalera.

La vieja fábrica, en la hoja de ruta del anterior mandato, proyectaba diversos espacios de creación, salas para artistas y varios recintos expositivos, unos servicios que ya no se contemplan para poder liberar dos plantas enteras para exposición que, además, aspira a captar obras con un impacto más nacional e internacional. La idea, de hecho, es lograr acuerdos con coleccionistas privados para organizar exposiciones temporales. En su día, se citaron colecciones como la de Pérez Simón, Masaveu y Plácido Arango. Ahora, el palacete de Contrueces tratará de captar a un perfil de artistas ya profesionalizados, con cierto recorrido, y los depósitos de Roces darán un espacio a artistas emergentes y locales.

Una imagen del palacio San Andrés de Cornellana en su inauguración como residencia de artistas en diciembre del año pasado. | Ángel González

Una imagen del palacio San Andrés de Cornellana en su inauguración como residencia de artistas en diciembre del año pasado. / Ángel González

El otro eje se queda dentro de Cimadevilla. Vuelve a presidirlo Tabacalera, y se apoya en dos complejos icónicos: el Palacio de Revillagigedo y la Casa Natal de Jovellanos. Y también este eje surge como una especie de reacción en cadena a los cambios en el plan de usos de la factoría. El gobierno bipartito no compartía que la hoja de ruta del anterior mandato proyectase en el sótano de Tabacalera la pinacoteca de la ciudad, dejando esa sala soterrada como un espacio abierto a visitas. Ya en campaña Moriyón había dicho que aquel sótano no le parecía "digno" para albergar los fondos municipales. Apostar por liberar dos plantas expositivas, después, acabó de aniquilar esta idea, porque al ganarse espacio para muestras se precisa, también, de más sitio para almacenaje. Así, y salvo cambios, ese sótano acogerá principalmente los cuadros almacenados de la muestra temporal con la que se esté trabajando en ese momento, aunque pueda también dar acoger otras iniciativas municipales. En el nuevo plan de usos, de hecho, la idea de las visitas no se descarta del todo, aunque tendrían que ser siempre grupos muy reducidos y en momentos puntuales. La gran pinacoteca no estará en la fábrica.

Liberar a Tabacalera de ese uso volvió a poner sobre la mesa un problema ya endémico de la ciudad: cómo solucionar que cientos de cuadros municipales, por falta de espacio, duerman en almacenes y lejos del público. El lugar ideal sería el Palacio de Revillagigedo, cuya cesión para uso público llevaba tiempo intentándose. La anterior corporación trató de sacarlo adelante, pero no logró un acuerdo económico con la propietaria, la Fundación Cajastur, que esta vez sí aceptó con el bipartito una cesión puntual –entre Semana Santa y verano de este año– y, además, de manera gratuita. Este acuerdo, que servirá para exponer a partir del 22 de marzo una muestra sobre la historia fabril de vidrio y loza de Gijón, se espera que, de salir bien, pueda repetirse o ampliarse.

Si la ciudad encuentra un espacio para albergar y exponer sus fondos públicos, por último, la Casa Natal de Jovellanos podría redirigir sus esfuerzos para la que a juicio del bipartito es su verdadera esencia: investigar, difundir y exponer la obra del prócer.

La "vía gijonesa", por tanto, se proyecta a medio y largo plazo y tardará aún un tiempo en cristalizarse del todo –la obra de Tabacalera se espera que termine este mandato y los depósitos de Roces se esperan, al menos, diseñar para entonces–, pero por ahora el otro paso adelante para este 2024 es lavar varias caras. A juicio de Moriyón, varios museos públicos "llevaban tiempo esperando" obras de mantenimiento. Y varios de ellos, como la propia Casa Natal, el Nicanor Piñole y el Museo del Ferrocarril, tendrán obras menores de mejora en los próximos meses. Conforman su propio eje, y serán los mimbres de una "vía gijonesa" que, aunque con el gran proyecto de Tabacalera como núcleo, aspira a reformular todo el modelo de la cultura local.