El humor y la música levantan el telón de Feten

El teatro Jovellanos inaugura la Feria de Artes Escénicas con la propuesta reivindicativa de "Los Pfeiffer": "Los protagonistas son los niños"

Gijón y Feten ya son uno. De nuevo. La Feria Internacional de Artes Escénicas para Niños, Niñas y Familias echó ayer a andar tras la intensa "preferia" del sábado. El certamen puso la primera piedra para unas jornadas en las que el teatro, la danza, la música y múltiples códigos artísticos abarrotarán las calles y espacios de la ciudad. Un entregado teatro Jovellanos dio la bienvenida "oficial" a la cita, que se prolongará hasta el 1 de marzo. El trajín entre las butacas era continuo al filo de las seis de la tarde, hora prevista para la inauguración. Se dio un ligero margen a los espectadores para que nadie se quedase fuera. "¡Esto está petado!", clamaba un extasiado "Feliciano", el compañero de fatigas de "Braulio", el inimitable álter ego de Adrián Conde. Ambos ejercieron de anfitriones y arrancaron las primeras risas del evento, tanto de pequeños como de mayores. "Feliciano" revisaba que las cosas estuvieran en orden en el patio de butacas mientras "Braulio" aguardaba el momento para comenzar. El "pulgar arriba" de Idoia Ruiz de Lara, directora artística de Feten, fue la señal para que todo empezara. Los presentadores se metieron enseguida al público en el bolsillo. "Este es un lugar de encuentro y de magia donde los protagonistas son los niños", aseguraba "Braulio". Con la inestimable ayuda de los asistentes, la dupla dio por inaugurada la feria, presentando con todos los honores a la compañía valenciana "La Troupe Malabó", que ofreció el espectáculo "Los Pfeiffer" para abrir, oficialmente, Feten 2024.

"Ellos son la resistencia", rezaba la pantalla del Jovellanos. Sobre las tablas, un atrezzo con puertas, columnas y hasta una bañera adornada con las notas musicales. Un presagio de lo que vendría a continuación. El show se ambientaba en una distopía, en un "tiempo futuro donde la música está prohibida". "Los Pfeiffer", un grupo de músicos proscritos, brindaron un recital que hibridaba el concierto con las artes escénicas. La esencia de Feten. Los diálogos brillaban por su ausencia. Con unos soniditos y marcados gestos, los protagonistas fascinaron al público. Las carcajadas de los niños resonaban en los momentos de silencio.

"Los Pfeiffer" dieron rienda suelta a su pasión por la música en una propuesta que simbolizaba "la dictadura de lo digital", un contexto en los violines hicieron renacer las melodías para regocijo de los espectadores, que se dejaban las palmas aplaudiendo la obra de "La Troupe Malabó", una oda a la música como forma de vida. Una función en la que el humor fue parte fundamental entre nota y nota. Las sonrisas de "Los Pfeiffer" llegaban a los asientos del Jovellanos. Sonaron piezas de Antonio Vivaldi, de Niccolò Paganini o de Johann Sebastian Bach. Un repertorio más que distinguido para iniciar por todo lo alto Feten, que proyecta más de 200 funciones de 77 compañías en los próximos días. Ahí es nada. Las artes escénicas ya arrasan la ciudad.

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