Recibe el alta el camarero que sufrió la brutal paliza de tres jóvenes en Gijón

La víctima, de 34 años, está llamada a declarar en el Palacio de Justicia el próximo día 25 y ya cuenta con un abogado para afrontar el caso

La calle en la que se produjo la agresión

La calle en la que se produjo la agresión / Marcos León

Pablo Palomo

Pablo Palomo

El camarero de 34 años que la madrugada del pasado Viernes Santo fue víctima de una brutal paliza en el barrio de El Llano por parte de tres jóvenes, ya ha recibido el alta médica y ha salido del HUCA para proseguir con su recuperación, tal y como confirmaron ayer a LA NUEVA ESPAÑA fuentes cercanas al caso. Los tres jóvenes supuestamente responsables de la paliza siguen en calidad de investigados por un delito de robo con lesiones. Uno de ellos se encuentra en prisión preventiva, otro en libertad provisional y un tercero, menor de edad, ingresó en el centro de menores de Sograndio. Su situación puede variar a lo largo del proceso de instrucción que tendrá el 25 de abril una de las fechas clave. Es ese día cuando está previsto que la titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Gijón tome declaración a a la víctima de los hechos.

El testimonio que la víctima pueda aportar será clave para esclarecer los motivos de la agresión. A la luz de lo que declararon los testigos en sede judicial y de lo que comentaron dos de los tres investigados, los dos mayores de edad, cuando se les tomó declaración en el Palacio de Justicia, la paliza habría sido su respuesta a un encontronazo previo con la víctima. Explicaron que tuvieron una reacción desaforada y que no se conocían previamente, tal y como desveló este periódico. La jueza les atribuyó un delito de robo con lesiones puesto que, además de los golpes, le quitaron supuestamente un reloj que puedo ser recuperado poco después por los agentes de la Policía Nacional que practicaron la detención.

Dicha detención se produjo poco después de la paliza, que tuvo lugar en la calle Juan Alvargonzález con el cruce con la avenida Schulz. Tuvo lugar sobre las cinco de la mañana y la presenciaron varios testigos, entre ellos, un sereno, José Manuel González Dou, que relató a este medio lo que vieron sus ojos. Contó que escuchó los golpes desde varias calles más arriba y que, cuando se dirigió al lugar de los hechos, contempló como tres jóvenes estaban dándole patadas a la víctima, que había quedado tendida en el suelo. Fue González Dou quien alertó a la Policía Nacional. Con el apoyo de agentes de la Policía Local se pudo detener a los implicados en cuestión de minutos. Los dos mayores de edad pasaron a disposición judicial al domingo siguiente. Por el contrario, el menor de edad implicado quedó en libertad el mismo viernes al cargo de sus tutores.

Los golpes que recibió el camarero fueron importantes. Le provocaron daños considerables. Los médicos, no solo los de la ambulancia, sino también los facultativos del centro de salud de El Llano, próximo al lugar de los hechos, que acudieron a la zona se lo encontraron inconsciente y con un traumatismo craneoencefálico. Debido a ello se estimó que debía ser evacuado de forma inmediata al HUCA. El padre del herido, un conocido hostelero del barrio, acudió al cruce de Juan Alvarongonzález con Schulz alertado por un vecino. El afectado ingresó en el principal centro médico de Asturias donde se decidió inducirle un coma para poder evaluar sus lesiones. Se mantuvo en este estado durante varios días hasta que fue a primeros de abril cuando los médicos decidieron quitarle la sedación y despertó.

El atestado policial ya consta en el sumario de los hechos. En el mismo, por razones lógicas, no consta la declaración de la víctima. No será en la comisaría de la Policía Nacional de El Natahoyo donde tenga que ofrecer su declaración de los hechos, sino en el Palacio de Justicia. Ya cuenta con un abogado por lo que parece previsible pensar que ejercerá como acusación particular. La toma de declaración está prevista para el próximo 25 de abril. A partir de ahí, la instrucción del caso puede evolucionar en un sentido o en otro. Comprobar las lesiones que pueda arrastrar el camarero será un aspecto clave para determinar la imputación de los investigados, así como la posible indemnización a la que tengan que hacer frente si son condenados.

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