Según ha afirmado el recién Mariano Rajoy, las pensiones son prioridad absoluta para su gobierno, basado en el diálogo y en el pacto, porque de seguir así las cosas de la vida - nacimientos y defunciones- las futuras pensiones públicas, que no las regala el gobierno de turno sino los que trabajan y cotizan religiosamente, corren serio peligro. Hace tiempo que el Banco de España, la máxima autoridad monetaria del país, ha llegado a una conclusión muy preocupante: debido al envejecimiento de la población española, las futuras generaciones percibirán una pensión media significativamente menor que la actual y esto suponiendo que España supere la crisis actual y entre en la senda del crecimiento de un 3%, lo que parece que el gobierno de Rajoy está logrando pese a la irresponsabilidad de lo que han hecho todo lo posible para hundir España con el famoso "no es no".
Al envejecimiento de la población hay que añadir la tasa negativa de natalidad, que aumenta con los ataques continuos a la familia y al matrimonio como Dios manda, a lo que hay que añadir el numero pavoroso de abortos -más de 110.000 al año- realidades que pueden cuestionar el mismo futuro de España como nación. Mientras el futuro es muy oscuro, el presente reciente ha sido un puro delirio, por lo que se ve el gran problema de España era el no de Pedro Sánchez, que no sólo quiso hundirse él en su impotencia e incapacidad para no parar su propia destrucción, sino que ha arrastrado al PSOE hacia la marginalidad política y la podemización consecuente de la que se ha dado cuenta Pablo Iglesias y ya va retirando su apoyo allí donde se lo ha regalado.
El envejecimiento y la natalidad fuertemente negativas ponen en peligro las pensiones, si no las presentes, sí las futuras. En España la tasa de natalidad es menor que hace 34 años, ha pasado del 17,20 al 9,69. Los españoles ahorran menos y consumen más porque piensan que su pensión pública está asegurada. En otros países las tendencias, sin embargo, van por otros derroteros, por cuanto los padres son conscientes de la creciente carga de las pensiones para los futuros pensionistas que serán sus hijos, por eso ahorran más e pesar de pagar más impuestos. Las pensiones como la educación exigen un pacto nacional que aleje la demagogia y el populismo que a nada conducen, sino a desvertebrar aún más España.
