Opinión

Dato mata relato

La matriculación en primero de infantil en centros públicos y concertados

Llevo varios días dando vueltas a unos datos que conocimos la semana pasada. Unos datos que evidencian una clara diferencia en la tendencia de matriculación entre los centros concertados y los centros de titularidad pública en Gijón.

El próximo curso, más de 1.200 niños y niñas de nuestra ciudad iniciarán su andadura en 1º de infantil. Una decisión que marcará su desarrollo social, educativo, cultural… Indudable es el valor inclusivo que debe jugar la educación. Tanto como el valor transformador que esperamos de ella. Estamos ante la verdadera palanca de cambio para contribuir al desarrollo individual y colectivo de nuestra sociedad.

Si analizamos la distribución de centros en nuestro municipio, encontramos en un extremo la zona oeste de Gijón, con todos ellos de titularidad pública; frente a la zona este, donde los centros de titularidad privada concertados doblan con creces el número de plazas (400) a los centros de titularidad pública (184). Casi un 33% de las plazas ofertadas en Gijón corresponde a centros concertados (615); un 67% a los centros públicos (1.253).

¿Qué descubrimos la semana pasada? La ocupación de plazas públicas en la zona oeste: un 57,07 %. La ocupación de plazas públicas en la zona este: un 50 %. La ocupación de plazas concertadas en la zona este: un 87,25 % (a falta de datos de un centro). Podemos observar, que sin datos de tres centros concertados y uno público, hay un 72,03% de demanda de plazas concertadas frente al 60,57% de las públicas.

Lo que debería hacer saltar alguna alarma en la nave nodriza de nuestro sistema educativo es como esto está evidenciando una devaluación del sistema público. Una devaluación materializada en la elección que muchas familias están haciendo. Sin darnos cuenta, se están generan brechas y pequeñas segregaciones que descapitalizan al sistema de uno de sus valores más potentes: el desarrollo vital desde el cultivo de la diversidad.

¿Por qué hay niños y niñas que van a recorrer la ciudad de extremo a extremo en busca de un centro que creen mejor? ¿Es cierto eso?

A uno le resulta extraño ver a los centros en la búsqueda marketinera del alumnado. Un intento de cortejo que busca convencer a clientes para que compren su marca. Una batalla en la que no todos juegan con las mismas herramientas y recursos. No en vano, en las últimas semanas mupis, páginas de diarios, anuncios en desconexiones locales de las radios… han hablado de las bondades de centros concertados de nuestra ciudad. Entre tanto, a nuestras escuelas les cuesta encontrar personas que quieran liderar equipos directivos o recursos que les permitan atender la diversidad que existe en nuestros barrios; que les permitan innovar y convertirse en ese capital social, cultural y simbólico que deben representar.

Es necesario que el relato se materialice en hechos. Entre tanto, parece que dato mata relato.

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