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Sobre la falta de financiación al deporte femenino

En los últimos años, el deporte femenino ha ganado visibilidad y reconocimiento, pero la falta de financiación sigue siendo un obstáculo significativo que afecta la participación de niñas y adolescentes en torneos y competiciones deportivas. Esta situación no solo limita las oportunidades para las jóvenes, sino que también perpetúa la desigualdad de género en el ámbito deportivo.

El fútbol, siendo el deporte más popular en muchos países, ha comenzado a ver un incremento en la inversión y el interés hacia las ligas femeninas. Sin embargo, esta tendencia no es uniforme. En comparación, las ligas femeninas reciben una fracción mínima del apoyo financiero, lo que se traduce en menos recursos para entrenamientos, instalaciones, equipos y desarrollo de talentos. Las jóvenes futbolistas a menudo enfrentan barreras significativas para acceder a competiciones de alto nivel, debido a la escasez de fondos destinados a la formación y desarrollo de equipos femeninos.

En otros deportes, como el balonmano, la disparidad es aún más pronunciada. El balonmano femenino, aunque cuenta con talentosas jugadoras y equipos competitivos, recibe mucho menos atención y recursos. Sin ir más lejos, aquí en Gijón tenemos el ejemplo del Balonmano La Calzada que ha tenido que renunciar en varias ocasiones al campeonato de Europa debido a esa falta de fondos económicos. Los torneos de balonmano femenino a menudo carecen de la infraestructura y el apoyo necesarios para desarrollarse adecuadamente. Por ejemplo, la clasificación autonómica de los equipos de balonmano se jugó en un polideportivo gijonés plagado de goteras donde las familias las limpiaban con toallas para evitar lesiones en las jugadoras. Las deportistas, por tanto, se ven obligadas a competir en condiciones subóptimas, lo que desincentiva su participación y limita su potencial de crecimiento y éxito.

Sin los recursos adecuados, muchas jóvenes talentosas abandonan sus sueños deportivos. Esto no solo es una pérdida para el deporte en sí, sino también para la sociedad, que se priva de los beneficios que conlleva la participación deportiva, como el desarrollo de habilidades físicas y mentales, el trabajo en equipo y la autoestima.

Es crucial que la ciudadanía tome conciencia de esta situación y se involucre activamente en el apoyo al deporte femenino. Las empresas, instituciones y aficionadas/os deben apostar por la igualdad en el deporte, invirtiendo en programas de desarrollo, patrocinando equipos femeninos y asistiendo a sus competiciones.

El último caso, es el de las jugadoras de la categoría Infantil del Balonmano Gijón (BMG) que necesita recaudar 8.000 euros para que las jugadoras puedan asistir al campeonato nacional para el que se han clasificado de forma brillante y que, sin embargo, no todas podrán disputar dadas las dificultades económicas que esto supondría para las familias. Al apoyar el deporte femenino, no solo estamos fomentando el talento y el éxito de nuestras jóvenes, sino también construyendo una sociedad más justa e inclusiva.

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