Varsovia / Oviedo,

Agencias / L. M. S.

La Fiscalía polaca negó ayer que el piloto del avión presidencial que el sábado se estrelló en Rusia recibiera presiones para aterrizar, pese a que la torre de control de Smolensk se lo desaconsejara. Ésta es una de las opciones que se barajan para explicar el accidente aéreo en el que ese día perdieron la vida el jefe del Estado, Lech Kaczynski, y otras 95 personas, entre ellas su esposa y una treintena de altos cargos.

La Fiscalía rusa, que trabaja codo con codo con la polaca en la investigación de la catástrofe, ya descartó el domingo que el avión, un Tupolev TU-154, sufriera un fallo técnico y apuntó a un error de los pilotos.

En 2008, en plena guerra ruso-georgiana, cuando el avión de Kaczynski se dirigía a Tiflis en medio de unas condiciones climatológicas también muy adversas, el piloto sí hizo caso de las advertencias del control terrestre y llevó el aparato a un aeropuerto de reserva en el vecino Azerbaiyán, por lo que fue despedido por Kaczynski.

El fiscal jefe polaco, Andrzej Seremet, afirmó ayer que, por ahora, no hay ninguna prueba que sugiera que el piloto del Tupolev fuera presionado. «En la etapa actual de la investigación, no hay información de este tipo», dijo Seremet.

«La investigación será objetiva y se expondrán al completo todas las causas de la catástrofe aérea», prometió, por su parte, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, quien ya se desplazó el sábado a Smolensk. Y su «número dos», Serguei Ivanov, aseguró que las dos cajas negras presentan un «estado satisfactorio», lo que «permitirá realizar un detallado descifre y análisis de la información de vuelo y el funcionamiento de los equipos».

Además, según el ministro ruso de Transporte, Igor Levitin, «el piloto del avión decidió por cuenta propia» efectuar el aterrizaje, pese a que la visibilidad en la zona a causa de una densa niebla era de apenas 400 metros en vez de los 1.000 que estipulan las normas. De acuerdo con la Fiscalía rusa, el piloto hacía el cuarto intento de aterrizaje cuando el avión se estrelló al descender demasiado y enredarse una de sus alas en los árboles que rodean el aeródromo de Smolensk.

Mientras tanto, el cadáver de la primera dama ya ha sido identificado y podría ser repatriado hoy, informó el portavoz de la Presidencia, Jacek Sasin. El cuerpo fue identificado gracias a un anillo de boda con una inscripción, la laca de uñas y otras marcas distintivas», explicó la ministra de Sanidad, Ewa Kopacz.

La identificación del cuerpo de Maria Kaczynska retrasará la instalación de la capilla ardiente del jefe del Estado, prevista inicialmente para hoy, con el fin de que éste pueda estar acompañado por su mujer.

Previamente, Sasin había informado de que se está preparando un funeral de Estado para el presidente y las otras 95 víctimas que, previsiblemente, se celebrará el sábado.

La catástrofe aérea de Smolensk ha dejado huérfanas las instituciones polacas, una situación que el país debe solucionar cuanto antes y que obliga a elegir a un nuevo presidente, tres senadores, quince diputados, al gobernador del Banco Nacional, al Defensor del Pueblo y a los tres jefes del Ejército.

Una parte fundamental del Estado y de la élite intelectual del país ha desaparecido entre las llamas del avión presidencial, en una tragedia sin precedentes considerada ya como la peor pérdida que ha sufrido Polonia desde la II Guerra Mundial.

En compensación, la catástrofe ha hecho que Polonia y Rusia dejen a un lado sus tradicionales diferencias y escenifiquen una reconciliación impensable sólo semanas atrás. La paradoja es que esa reconciliación llega cuando Kaczynski volaba a Rusia para honrar a los miles de polacos asesinados por orden de Stalin en 1940 en Katyn.