Bangkok, Efe

El primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, prorrogó ayer hasta la noche de hoy el toque de queda en Bangkok y 23 provincias del país, aunque aseguró que la situación está en calma y vuelve a la normalidad. El toque de queda favorecerá las operaciones de los cuerpos de seguridad para detener a los líderes de los «camisas rojas» huidos y localizar los arsenales de armas del frente antigubernamental.

«La situación volverá a la normalidad mañana (por hoy), cuando el tráfico regrese a las calles y los colegios y las agencias gubernamentales abran», vaticinó el primer ministro, de 45 años, durante su intervención semanal por televisión.

No obstante, el líder del Partido Demócrata y graduado en Oxford admitió, en otro momento, que la crisis política impedía que la normalidad fuese completa. «No creo que las cosas lleguen a ser completamente normales. Sé muy bien que esa gente (el frente antigubernamental) continúa maquinando y cuál es su verdadero objetivo», manifestó Vejjajiva, sin dar más detalles.

Los «camisas rojas» acusan al Gobierno de ser ilegítimo porque surgió de alianzas parlamentarias y no de las urnas, y quieren restablecer la democracia con nuevas elecciones. Al menos 63 personas pasarán hoy a disposición judicial por su supuesta implicación en la ola de violencia del 19 mayo en Bangkok, cuando el Ejército neutralizó el campamento rojo que tenía paralizado el corazón comercial desde el pasado 3 de abril.

Según el Centro de Emergencias, organismo que coordina la respuesta a las protestas callejeras, 85 personas (74 civiles y 11 agentes del orden) han muerto en actos violentos vinculados a las manifestaciones desde que se instaló este campamento, 15 de ellas entre el miércoles y el jueves pasados.

El gobernador de Bangkok, Sukhumbhand Paribatra, se puso ayer al frente de unas 4.500 personas y camiones de basura, cisterna y de carga para devolver a la metrópoli su sello de «paraíso de las compras» y borrar las heridas de las batallas sufridas.

Las autoridades municipales habían planeado completar el 80 por ciento del trabajo manual, pero el hallazgo de una bolsa con 25 bombas artesanales cerca de una estación de metro en la calle Ratchadamri obligó a suspender temporalmente las operaciones en esa zona por razones de seguridad, según la cadena de televisión TAN.

El Gobierno de Tailandia justificó el empleo de la fuerza con los «camisas rojas» con el argumento de que entre ellos se escondían terroristas armados dispuestos a provocar la violencia.

En apoyo de la tesis, el viceprimer ministro tailandés y responsable del Centro de Emergencia, Suthep Thaugsuban, presentó este fin de semana a diplomáticos y periodistas el arsenal incautado con la frase «los hechos hablan por sí mismos». Mostraron rifles de asalto AK-47 de fabricados china, armas estadounidenses, granadas y hasta una ballesta.