Berlín, Efe

El presidente de Alemania, Horst Köhler, anunció ayer inesperadamente su dimisión para sorpresa de los ciudadanos y del Gobierno de la canciller, Angela Merkel, por la polémica generada por unas declaraciones suyas sobre la presencia del Ejército federal en Afganistán.

Durante el regreso de una visita sorpresa a Afganistán, Köhler señaló la semana pasada que un país como Alemania, «con su orientación al comercio exterior y con ello a la dependencia del comercio exterior, debe saber que, en caso de duda, las intervenciones militares son necesarias para defender nuestros intereses».

Las palabras del noveno presidente alemán federal (el primero que dimite), que posteriormente matizó asegurando que se refería a la lucha contra la piratería en las costas de Somalia, dieron lugar a interpretaciones como la de que justificaba las guerras económicas y por motivos comerciales, con una avalancha de críticas por parte de la prensa.

Acompañado por su esposa, Eva Luise, en el Palacio de Bellevue, Köhler comunicó manifiestamente dolido su dimisión «con efectos inmediatos» por la errónea interpretación de sus palabras y la «falta de respeto» en las críticas hacia la máxima autoridad del país. «Las críticas han ido hasta el punto de asegurar que yo defiendo intervenciones del Ejército federal que no están cubiertas por la ley fundamental. Esas críticas carecen de toda justificación», dijo Köhler, de 67 años.

«Lamento que mis declaraciones hayan conducido a un malentendido», añadió el ya presidente saliente de Alemania, quien pidió «comprensión» para la decisión tomada.

Horst Köhler, quien fue reelegido presidente de Alemania en 2009 para un segundo período de cinco años, señaló que había comunicado su decisión al presidente de turno del Bundesrat (Cámara alta o territorial alemana), el socialdemócrata Jens Böhrnsen, quien asumirá la Jefatura del Estado interinamente.

La dimisión de Köhler, que accedió al cargo en 2004 con el apoyo de los partidos actualmente en el Gobierno, supone un duro revés para la coalición que dirige Merkel, en un momento de tensiones entre su partido (CDU) y los liberales (FDP) de su titular de Exteriores, Guido Westerwelle. Ambos lamentaron la decisión, que Köhler comunicó a Merkel sólo dos horas antes de hacerla pública y que la oposición socialdemócrata explica por el «desamparo» en el que la coalición había dejado a «un presidente incómodo».