Kabul, Agencias

Un total de 14 presuntos talibanes, entre ellos dos suicidas arrepentidos, fueron puestos en libertad ayer en Afganistán después de que sus casos fueran revisados en virtud del acuerdo alcanzado durante la llamada «jirga» (asamblea) de la paz y que busca atraer a los insurgentes para que depongan las armas, según reveló el vicefiscal general, Fazl Ahmad Faqiryar.

Entre tanto, la muerte de un soldado británico que había resultado herido en una explosión en Afganistán elevó ayer a 300 el número de uniformados del Reino Unido que han perdido la vida en ese país desde el comienzo de las operaciones aliadas en 2001.

Tres miembros de las fuerzas especiales del Ejército australiano y un cuarto militar aliado fallecieron la noche del domingo al estrellarse el helicóptero en el que viajaban en la provincia de Kandahar, en el sur del país.

La ISAF no reveló la nacionalidad del cuarto militar fallecido, pero aseguró que «no hay indicios» de que el helicóptero fuera derribado por los talibanes. Además, un civil afgano murió y otro más resultó herido por la explosión de una mina terrestre en la provincia de Badajshan.