EE UU impuso ayer sanciones al gobernador del Banco Central de Irán, por acusaciones de "apoyo a terroristas", apenas una semana después de retirarse del tratado nuclear de 2015 con Irán.

Las sanciones, anunciadas por el departamento del Tesoro, afectan también a otras tres personas y a un banco con base en Irak, supuestamente por ser los responsables de canalizar "millones de dólares" de los Guardianes de la Revolución iraníes hacia la milicia chií libanesa Hezbolá.

Con estas medidas, el Tesoro de EE UU inicia el proceso de restablecimiento de las sanciones suspendidas tras la firma del acuerdo nuclear entre Irán, por un lado, y EE UU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania.

El ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, se reunió ayer con sus homólogos de Reino Unido, Francia y Alemania para analizar qué medidas permitirán mantener con vida el tratado pese al abandono de EE UU. A la reunión asistió también la Alta Representante de la UE para Política Exterior, Federica Mogherini. Zarif se reunió el lunes con Rusia, que insiste a los países europeos en adoptar un plan conjunto. La crisis ha provocado un inesperado acercamiento a Moscú.