El cónsul de Arabia Saudí en Estambul, Mohamed Ibrahim Otaibi, regresó ayer a su país antes de que la Policía turca, que ya registró la víspera sin ningún éxito la legación diplomática, hiciera lo propio con su domicilio, en el marco de la investigación que lleva a cabo por la desaparición del periodista Jamal Khashoggi, muy crítico con Riad y firma destacada en el prestigioso diario "The Washington Post".

Fuentes del Gobierno turco indicaron a la cadena de televisión CNNTürk que el cónsul saudí decidió abandonar Turquía "por su propia voluntad", sin que mediara una decisión de Ankara.

Las cámaras de vigilancia registraron que la tarde del día 2, horas después de que Khashoggi entrase en el consulado -donde su pista se pierde-, un convoy de varios vehículos salió de la legación para dirigirse al recinto de la residencia, que está a 200 metros.

El presidente norteamericano, Donald Trump, envió ayer a su secretario de Estado, Mike Pompeo, a Riad, en prueba de quiere implicarse en la resolución del misterio. Trump empezó con fuerza y amenazó al reino saudí con un "severo castigo" si se probaba su relación con la desaparición del periodista, pero ha terminado dando por buenas las promesas de investigación de Riad.

Poco más se llevó Pompeo ayer de la capital saudí, desde la que hoy viajará a Turquía. El rey Salman bin Abdelaziz se comprometió ante el secretario de Estado norteamericano a llevar a cabo una investigación "completa, transparente y oportuna" sobre la desaparición de Khashoggi.

Además, Pompeo mantuvo reuniones separadas con el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, y el ministro de Exteriores, Adel al Yubeir, ante quien "reiteró la preocupación de Estados Unidos por la desaparición de Jamal Khashoggi", según informó el Departamento de Estado en un escueto comunicado.

Fue más de lo que hizo la agencia saudí SPA, que sólo informó de que en las reuniones se trataron las relaciones bilaterales y la situación en la región.

En un mensaje de Twitter, Trump se defendió de quienes le acusan de tratar a Riad con guante blanco. "Para que conste, no tengo intereses financieros en Arabia Saudí. (ni tampoco en Rusia, por cierto)", escribió.

Varios medios de EE UU informaron ayer de que Arabia Saudí admitirá que Khashoggi murió bajo su custodia. Las versiones coinciden en que el Gobierno de Riad ordenó retener al periodista para interrogarle, y difieren en el resto: según la CNN, el informador fue asesinado por agentes que actuaron sin el visto bueno del reino; según "The New York Times", un funcionario de inteligencia saudí "trágicamente incompetente" frustró el plan.